Manzanillo.- El sector restaurantero de Manzanillo ha resentido los efectos del semáforo rojo por COVID19 en el estado, sin embargo señalaron que ante las restricciones que este esquema implica están tomando todo tipo de medidas para la seguridad y salud tanto de clientes como de trabajadores.
Mario López Melín, presidente de la Asociación de Comerciantes de Miramar, detalló para AF que las ventas en esta zona han caído en un 70 por ciento desde el inicio de la pandemia pero se han agravado cada vez que se agudizan las medidas preventivas.
El representante de esta asociación sostuvo que antes de la crisis provocada por el COVID19 había 10 restaurantes en este lugar de los cuales hoy sólo siguen operando 8.
«2 han tenido que cerrar por lo difícil que ha sido la situación más aún teniendo en cuenta que playa Miramar era uno de los lugares más concurridos de toda la región y creo que por eso el sector del lugar lo resintió más porque había ventas altas y mucha afluencia de visitantes esencialmente en fines de semana».
Incluso expresó que el pasado fin de semana las ventas alcanzaron sus niveles más bajos desde hace meses.
«Que cayeron todavía en un 50 por ciento en comparación con lo que habíamos pasado en semanas recientes que no fueron tan malos… Diciembre – del 2020- fue una época de ligera recuperación y ahora se tiene este escenario nuevamente complicado».
Insistió que la mayoría de los establecimientos del ramo trabajan de momento para subsistir.
«Así como está la situación no se puede aspirar a derrama económica o a ganancias sino simplemente para sacar para los gastos básicos como los de operación o nómina».
Mario López descartó que por las mismas restricciones sanitarias este próximo fin de semana – por el Día de San Valentín- se pueda aspirar a una recuperación.
«En otras condiciones, en años anteriores hubiera sido de las mejores fechas por caer además en domingo… Pero esta vez no se va a poder y entendemos».
No obstante dijo que respetan al pie de la letra las instrucciones de la Secretaría de Salud porque de ello depende incluso la vida de muchas personas y detener el alto nivel de contagios para así aspirar a una reactivación.
«Además de los filtros sanitarios ahora se tiene que establecer mesas y sombrilla separadas, es decir, un lugar sí se puede ocupar, otro no… Se puede desde esta trinchera coadyuvar para que la situación mejore».
Un panorama similar afrontan los restauranteros de La Boquita a decir de Jaime Moreno Sevilla, propietario de un restaurante en las inmediaciones.
«En diciembre del año pasado esto pareció recuperarse pero el incremento de casos de COVID19 ha provocado que regresemos a donde comenzó esta pandemia… Yo apoyo las decisiones del gobierno que aunque tienen un impacto económico tienden a respetar lo más importante que tenemos que es la salud y la vida».
En su caso estimó que desde el reinicio del semáforo rojo las ventas han bajado hasta en un 60 por ciento.
«Y todos debemos colaborar porque de no hacerlo las medidas pueden ser más estrictas aún».
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