VILLA DE ÁLVAREZ.- Desde la emblemática plaza La Petatera, aún en construcción para los próximos festejos charro-taurinos, se rindió un sentido homenaje de cuerpo presente a la señora Luz Díaz Santana, cariñosamente conocida como «Lucita, La Señora del Torito.»
El homenaje, encabezado por autoridades municipales y familiares, comenzó con un emotivo mensaje que destacó el legado de esta mujer icónica para la comunidad villalvarense.
«Lo que hacemos por los demás permanece y es inmortal,» se expresó al dar inicio al acto, reflejando el impacto de Lucita en la vida de quienes la conocieron.
En sus 23 años de participación ininterrumpida en las festividades, Lucita se convirtió en un símbolo de tradición y alegría. Con su característico torito de cartón, hecho a mano y decorado con esmero, encabezó las cabalgatas que recorren las calles de Villa de Álvarez durante los festejos charro-taurinos.
El evento incluyó la lectura del poema «No he muerto,» recordando que la presencia de Lucita continuará viva en el corazón de su pueblo.
Se destacó también su papel como ícono de la cultura local, reconocida en 2017 como «Mojigango Femenino» y galardonada en 2022 con el Premio Municipal de la Mujer Villalvarense.
Su imagen adorna desde las letras turísticas del jardín principal hasta el cartel oficial de los festejos de 2024.
Autoridades municipales, encabezadas por la presidenta Tey Gutiérrez, hicieron un llamado a preservar la tradición que Lucita defendió con tanto amor y dedicación.
«Es un momento de honrar su memoria y de comprometernos a que este legado continúe vivo entre nosotros,» expresó la alcaldesa.
El homenaje incluyó guardias de honor en las que participaron funcionarios, asociaciones civiles, familiares y amigos, quienes se unieron para despedir a Lucita en este lugar tan emblemático para ella.
Finalmente, el recorrido del féretro por el ruedo de la Petatera marcó un cierre simbólico al tributo, acompañado de aplausos y emociones encontradas.
Lucita, siempre entusiasta y llena de alegría, deja un legado imborrable en las tradiciones y el corazón de Villa de Álvarez. Su presencia será recordada como un pilar de los festejos charro-taurinos y un ejemplo de pasión y compromiso comunitario.
«No es un adiós, sino un hasta pronto. Lucita, que Dios te reciba en su santa gloria.»
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