Con el fin de prevenir daños a la salud y atender aquellos eventos que por su magnitud puedan ser considerados como emergencias en salud, la Secretaría de Salud y Bienestar Social recomienda sobre las acciones y actividades a realizar antes, durante y después de un sismo, cuyas magnitudes exigen que se tomen medidas preventivas para reducir sus efectos.
Para disminuir el riesgo en la población por un temblor, la dependencia estatal indicó que antes de que se presente el fenómeno hay que acudir a la Unidad de Protección Civil o a las autoridades locales para recibir información sobre la conveniencia de solicitar el servicio de un especialista en construcción para detectar las partes más vulnerables de su casa e identificar los lugares más seguros en los que puede protegerse.
Así mismo, realizar y practicar con su familia o con sus compañeros de trabajo un plan para utilizarlo en caso de movimiento telúrico, poniéndose de acuerdo sobre qué hará cada quien; integrar un botiquín de primeros auxilios, tener a la mano los números telefónicos de emergencia de la Cruz Roja, Protección Civil, hospitales, bomberos, policía, etcétera, e identificar las rutas de evacuación y mantenerlas libres.
Durante el sismo, es recomendable mantener la calma y colocarse en las zonas de seguridad del lugar en que se encuentre al momento del sismo y protegerse de la mejor manera posible. Si se encuentra en un edificio, hay que permanecer donde está y evitar el uso de los elevadores y las escaleras, y si maneja un vehículo, diríjase hacia un lugar que quede lejos de puentes o postes de luz y estaciónese en un sitio fuera de peligro.
En el caso de lugares públicos y llenos de gente, se sugiere no gritar, no correr, no empujar, y salir serenamente si la salida no está congestionada; en caso contrario, permanecer en su propio asiento, colocando los brazos sobre la cabeza y bajándola hacia las rodillas.
Indicó que después de un temblor, hay que verificar si hay lesionados y, de ser necesario, buscar ayuda médica; no encender cerillos, velas, aparatos de flama abierta o eléctrica, hasta asegurarse que no haya fugas ni problemas en la instalación eléctrica o de gas, y no consumir alimentos y bebidas que hayan estado en contacto con vidrios rotos, escombros, polvo o algún contaminante.
Además, se recomienda efectuar una revisión completa de su casa, y en caso de duda o daño grave, consultar a un especialista en construcción; estar preparado para futuras réplicas, que generalmente son más débiles, pero pueden ocasionar daños adicionales, y limpiar los líquidos derramados, tales como medicinas, materiales inflamables o tóxicos.
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