EL ARCÓN DE HIPATIA
Por. Saraí AGUILAR ARRIOZOLA
Prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila, dicen por ahí. Y al parecer esto se cumple en el excanciller y corcholata devenida en estrella del TikTok, Marcelo Ebrard.
El candidato a coordinador de cualquier cosa que signifique eso de coordinar la defensa de la 4T –aunque todos sabemos qué significa– sacó la bandera de la salud con perspectiva de género que es tan útil en campaña y tan desdeñada en el ejercicio actual de gobierno.
Extender mastografias y clínicas de la mujer para prevenir y atender cáncer de mama, sueño de las mujeres en Tlaxcala que la 4T hará realidad, tuiteó el excanciller la semana pasada. Lo que no queda claro es –valga la redundancia– si no tiene claro cómo se ha manejado el sector salud en los últimos años de la gestión morenista o decidió mentir deliberadamente.
Para muestra basta una noticia. La Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa) prevé realizar menos mastografías este 2023 que en 2022. De acuerdo con información presentada por grupo Reforma, citando cifras de la Sedesa, en 2022 se realizaron 52 mil 877 mastografías y se plantea que para este 2023 se lleven a cabo unas 37 mil. Se alegan problemas con las rentas de equipo, pero al final del día las afectactadas son las mujeres.
O tal vez Ebrard olvidó que recientemente, el 1 de junio para ser precisos, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la cancelación de más de 30 Normas Oficiales Mexicanas (NOM) entre las que se encuentran las dirigidas a la atención del cáncer cérvico uterino, cáncer de mama, lactancia materna y enfermedades en la perimenopausia y postmenopausia de la mujer, entre otras.
De acuerdo con diversas fuentes informativas, fue a través del Suplemento del Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2023 que la Secretaría de Economía (SE), a través de la Dirección General de Normas, dio a conocer dichas modificaciones con el “propósito de alinear las Normas Oficiales Mexicanas y Estándares a las prioridades y objetivos fundamentales de esta administración”. Si bien podemos suponer muchas prioridades para la administración tales como el Tren Maya, los 5 millones de pesos para cada corcholota o mantener operando el AIFA sin pasajeros, lo que sí queda establecido es que las mujeres y su salud no lo son.
Al parecer también olvida la desaparición del Seguro Popular. El análisis “¿Quiénes están en riesgo por la llegada del Insabi?” realizado por la organización Data Cívica indica que la mayoría de las personas atendidas en el Seguro Popular eran mujeres.
Según la organización no gubernamental, en las zonas más pobres del país, 9 de cada 10 mujeres estaban afiliadas al Seguro Popular; la cifra para las zonas con mayor riqueza era de cinco de cada 10. Data Cívica también apunta que, en general, las beneficiarias mujeres eran más que los hombres inscritos al programa: en 2019, el 66.1 por ciento de las personas registradas eran mujeres.
Debería el aspirante morenista dejar en claro cómo busca él alejarse del austericidio que ha asfixiado al sector de salud. Menos promesas al aire, menos TikToks, y más realidades. Eso merecemos.