La presión para que la selección brasileña de fútbol gane el Mundial como local es enorme, pero el experimentado entrenador Luiz Felipe Scolari no tiene ningún problema en soportar toda la carga sobre sus hombros.
Scolari, de 65 años, llevó a Brasil a su quinto y último título mundial en 2002 y prometió a la afición más gloria para este año.
«Cada día estoy más convencido de que vamos a ganar el Mundial», dijo Scolari en febrero. «Sé que debemos respetar a los otros equipos, pero si hablamos en general nosotros somos mejores».
«Felipao» volvió al banquillo de la «canarinha» en diciembre de 2012 tras una larga gira por Europa que lo tuvo cinco años como entrenador de Portugal y además de como técnico del Chelsea inglés y del Bunyodkor de Uzbekistán.
Tras su paso por el fútbol europeo recaló por segunda vez en Palmeiras y luego llegó a la selección, con el objetivo de transformar un equipo de jóvenes promesas que no encajaban bien en una unidad sólida para recuperar la confianza de la exigente hinchada local, muy enfadada con el rendimiento del equipo nacional en los últimos tiempos.
Y en poco tiempo lo logró.
«Felipao» logró unidad y que los futbolistas dejen de lado las individualidades para jugar en equipo. Esto recuerda su concepto de «Familia Scolari» adoptado para el Mundial 2002.
«Creo que ‘Felipao’ es el hombre apropiado en el momento preciso», dijo el excentrocampista Juninho, que formó parte de la selección que ganó el Mundial de 2002 en Corea del Sur y Japón.
«El se preocupa por las cosas que pasan fuera del campo, por la forma en que se comportan los jugadores, si lo dan todo, si apoyan a sus compañeros cuando son suplentes», agregó.
La capacidad de Scolari de formar grupos humanos sólidos es uno de sus principales activos, destacó Juninho.
«Busca ese tipo de jugadores, que le den algo al grupo para que el grupo sea mucho más fuerte que la suma de sus partes».
Brasil no había mostrado buenas actuaciones antes de la Copa Confederaciones del año pasado, pero una vez que comenzó el torneo no tuvo oposición y arrolló a todos sus rivales para ganar sus cinco partidos y conquistar el torneo tras golear a España por 3-0 en la final.
Los jugadores que le propinaron a España su peor derrota en torneos oficiales en 30 años estarán en su plantilla para el Mundial.
Esa continuidad es un factor clave para unir a los hinchas detrás del equipo y el gran objetivo nacional: levantar la Copa.
Los brasileños tienen una idea bastante clara de los 11 futbolistas que saltarán a la cancha cuando Brasil debute el 12 de junio en Sao Paulo ante Croacia. Y «Felipao» ha dicho una y otra vez que la «torcida» tendrá un papel clave para que el equipo gane el título.
«Tienen que estar con nosotros durante el Mundial: participen, salten, contágiense del espíritu», destacó. «Queremos que nos ayuden, particularmente cuando tengamos problemas, porque con esa ayuda podemos marcar la diferencia».
