Por Héctor Romero Fierro
Muchos dicen que el presidente Peña Nieto llegó con una gran arrogancia pero también con grandes planes para el país. Se aprobaron, con excelentes acuerdos, reformas estructurales necesarias, pero la gente no vio en ningún momento gran mejoría en los temas que más le aquejaban: seguridad, ingresos y empleos.
En contraste, la entonces oposición lidereada por MORENA inició una gran campaña mediática de desprestigio al régimen, principalmente en las benditas “redes sociales”. Desprestigio que se agravó con la corrupción de varios de los gobernadores, provocando que Manuel Andrés López Obrador (MALO), pudiera vender un fantasioso proyecto político, imposible de cumplir, partiendo de que su partido político, de reciente creación, no estaba desgastado como el resto de los partidos, simplemente por el hecho de que nunca había gobernado.
Como lo dijo Juan Villoro: “Morena llegaba a la contienda con el mayor mérito que puede tener una organización política mexicana: Nunca ha gobernado. Hartos de la corrupción y la ineficacia del PRI y del PAN, los votantes buscaban un horizonte nuevo”.
La gente estaba dispuesta a apostar por él y dejar pasar cualquier error con tal de provocar una esperada alternancia provocada por dos fenómenos primordiales: una ferviente esperanza de que todo mejoraría para ellos y un patológico deseo de venganza de muchos, ya que culpaban tanto al PRI como al PAN del fracaso y desigualdad del país y personal. “Malditos neoliberales” decían, lo que sea que se entendiera por ese término.
Muchos creyeron el cuento del combate a la corrupción. Ahora ese electorado que apostó por MORENA ve que no han mejorado e incluso han perdido la esperanza de que mejoren sus ingresos, menos la seguridad y con suerte, algunos conservamos nuestro empleo, en muchos casos precarios.
Esta creciente decepción ha motivado manifestaciones de todo tipo de grupos sociales a lo largo de la República, que a pesar del número de manifestantes la prensa las oculta, en especial en las giras del Presidente.
La economía del país ya venía en caída libre y se complicó con la llegada de la pandemia, cuyo manejo por parte del gobierno federal ha sido pésima, logrando situar al país dentro de los más afectados, tanto en numero de muertos como en contagios.
Lo peor de la situación es la inconsistencia en la metodología empleada para el cómputo de infectados y la pobre estrategia de pruebas para el monitoreo de la propagación del virus.
Es notorio que a López le molesta que los medios den cuenta a la gente de la pandemia, por lo que trata de ocultar estas cifras manteniendo como nota principal los asuntos de la rifa del avión (¿cuál?), de “García Luna” y el asunto “Lozoya”.
Este último si bien no fue oportuno para fines electorales, fue suficiente para desviar la atención del fracaso sanitario y económico. A esto se suma como distractor el anuncio de inversión de empresarios nacionales al desarrollo de vacunas, que por cierto aún no existen. Como dice Fernández de Ceballos: “La curva del contagio la han aplanado 100 veces, pero el número de muertos aumenta alarmantemente.”
Nos hemos dado cuenta demasiado tarde de la manipulación; hemos rebasado 56 mil 553 muertos reconocidos y 517 mil 714 personas contagiadas. Si estas cifras de muertos las multiplicamos, al menos, por tres, como el mismo Gatell reconoció o por diez en el caso de los contagios, nos daremos cuenta que la pandemia dista mucho de estar bajo control, que enfrentaremos miles de muertos y contagiados más, aunque el Presidente lo niegue, y que el efecto económico de sus decisiones hundirán más al país.
Cada vez encontramos mayores semejanzas entre el presidente “Trun”, como le dice MALO, y este último. Ya no sé si así sean ambos presidentes o al nuestro le guste emular al primero.
Ambos viven en un mundo paralelo a la realidad, atacan sin tener suficientes pruebas de lo que afirman, son innecesariamente agresivos con quienes no comulgan con ellos, aman polarizar, mienten fácilmente, características que en el manejo de la economía y de la pandemia han resultado desastrosas.
Esta situación implica que no habrá una pronta recuperación económica como afirma MALO. La esperanza del Presidente era el T-MEC, pero los tres países de norteamérica ya están en recesión.
El populismo, el ataque a la inversión privada y el pésimo manejo económico de la crisis ha provocado en México la mayor destrucción de riqueza de toda la historia, por eso me causa pena el leer que habrá una “recuperación en forma de V” y sobre todo que alguien lo crea. La mayoría de los que perdieron sus empleos no podrán recuperarlo a corto plazo, la seguridad empeora cada día y crece la corrupción.
La seguridad, empleo e ingresos que buscaban muchos electores de MORENA están muy lejos de obtenerlos, día a día crecerá el descontento social y ya no digamos la delincuencia y la corrupción, que parecen imparables.
La bandera de la “Cuatro Té” resultó ser un fraude, cada día hay mas opacidad, falta de autonomía en dependencias y órganos técnicos reguladores o encargados de impartición de justicia, y vemos más muestras de manejos irregulares en el gobierno federal y los estados, nunca aclarados. Ya urgen contrapesos en el Congreso.