Una singular exposición colectiva de obras de jóvenes y niños de la Unidad Lúdica Margarita Septién de Comala, Colima, fue abierta al público en la Representación de la Universidad de Colima en la Ciudad de México, y permanecerá ahí hasta mediados de este mes.
Correspondió a Darío Macías del Ángel, alumno de esa Unidad, decir las palabras de bienvenida a la apertura de la muestra, quien dijo que agradecía la presencia del público asistente y que “esta vivencia quedará grabada en un rincón especial de nuestros corazones”.
El estudiante estuvo acompañado por su condiscípulo Juan Carlos Villa Fermín, de la directora de la Unidad Lúdica, Ana Rosa García Mayorga, y del responsable de la Representación en el Distrito Federal, Eduardo Hernández Hernández.
La exposición colectiva está integrada por más de cuarenta obras realizadas por los infantes donde hay retablos, óleos, grabado, escultura, arte objeto y otras obras con técnicas mixtas. Destaca un grupo de caballos adornados con diferentes materiales, retablos con motivos religiosos, grabados y dos pinturas al óleo sobre tela de gran formato.
En otra parte de su intervención, Macías del Ángel hizo extensivo el agradecimiento a U de C por el apoyo, ya que es la segunda vez que exponen en este lugar, al Programa Alas y Raíces, operado por CONACULTA y a la secretaría de Educación del gobierno de Colima.
Agregó que en la Unidad, por medio de talleres, realizan artes plásticas, lecturas narrativas, teatro, música antropológica, estudios de violín y juegos tradicionales, “lo que nos permite ser más completos y a mirar al mundo de manera diferente, con amor y esperanza”.
Por su cuenta, Eduardo Hernández en nombre del rector Miguel Ángel Aguayo López saludó a los presentes, y de igual forma, agradeció a la directora de la Unidad Lúdica por su empeño de apoyar a niños y jóvenes artistas de Colima.
Posteriormente se hizo un recorrido para explicar las técnicas aplicadas en las obras, a cargo de Ana Rosa García, quien informó la grata impresión que se llevó cuando en un taller de grabado pudo apreciar la creatividad de los niños que participaban.
Al momento de llegar a la pintura de Juan Carlos Villa, titulada Paisaje con Volcán, este jovencito narró la forma en que trabajó en el taller y, asimismo, enumeró las herramientas que utilizó para terminar su obra con la técnica de grabado.
Una vez concluida la visita a la exposición, en entrevista, el artista plástico, poeta y escritor, Carlos Pellicer López, señaló que el trabajo que se viene realizando en la Unidad Lúdica debiera copiarse no sólo en todo el estado de Colima sino además en el resto de los estados.
“Este tipo de terapias sirven para abrir un camino a los niños, un camino de expresión y de lenguaje, fundamental para cualquier ser humano y hacerlo con esa gracia y esa poesía, es ejemplar. Este tipo de exposiciones deberían ser más frecuentes en todo el país”, apuntó el crítico.
Con respecto al apoyo de la Universidad a este tipo de programas, los calificó de estupendos, “porque precisamente la universidad está para atender, aunque suene una paradoja, desde a los más pequeñitos hasta los que ya han pasado por la universidad o que no han tenido la fortuna de pasar por ella porque que es gente que tiene gusto por aprender”.
Agregó que le parece que se está haciendo una labor digna de encomio, desde todos los puntos de vista, “y ojalá todas la universidades apoyaran la labor artística de los niños y todos aquellas personas que en su momento no tuvieron acceso a la educación.
El creador comentó también que en particular le agradaban mucho las dos obras de gran formato y respecto al resto de los trabajos, consideró que se debería programar una exposición, ya sea del grupo de los caballos o de los retablos en específico, de una manera más específica, en una galería, para enmarcar cada obra con una calidad más justa, e incluso propuso hacer algunas reproducciones impresas a color, con fotografías, para armar unos catálogos.
De igual forma, el crítico de arte José Armando Kramsky, igualmente entrevistado expresó que las exposiciones de obras de niños siempre le han llamado la atención, porque al compararlos con los abstractos de los adultos, quienes sólo juegan con los materiales, prefiere el resultado de los niños, “porque es precisamente esa expresión espontánea lo que la da más ese valor artístico, sin tener que tener ese renombre de un artista”.
Finalmente, resaltó el trabajo de los retablos, pero mucho más uno titulado Paz del Espíritu, de Daniel Guerrero, “porque desde el punto de vista del armado de los colores está muy bien terminado, sin demeritar la buena impresión que pueden transmitir el resto de las obras.