Con una duración de 40 minutos se presentó el performance “Revolución 2010” a cargo de la Compañía de Teatro Rodante, en el patio central de Casa de la Cultura de Colima dentro del programa Noches de Café, producto de las becas de los Fondos del Bicentenario que otorgó el Gobierno del Estado a través de su Secretaría de Cultura y el Conaculta a los creadores colimenses.
Un trabajo que según comentó esta talentosa actriz y titular de la beca, María del Carmen Cortés, surgió específicamente para estas celebraciones y agregó: “siempre es importante que la Secretaría de Cultura se interese en impulsar la creación de los artistas colimenses porque estos apoyos son muy importantes para nosotros ya que con ellos nosotros compramos aparatos, realizamos infraestructura, escenario, entre otras cosas”.
Con la idea y realización de la Compañía de Teatro Rodante integrada por Pacho lozano y María del Carmen Cortés, Revolución 2010 presenta un performance producto de una exhaustiva investigación “Básicamente lo que hicimos fue hacer una memoria de la historia de la Revolución Mexicana, con los símbolos más representativos como fueron los caballos, la locomotora y sus ideales, entre otras cosas que se originaron a raíz de este movimiento como fue la leva, la actitud de las mujeres que se negaban a ser raptadas, por mencionar algunas”.
Sobre este performance en el que el personaje principal fue la muerte, vestida como revolucionaria, su intérprete María del Carmen Cortés agregó: “fue llevar todas esas ideas simbólicas en un trabajo visual, sonoro, donde no hubiera palabras y la gente como un rompecabezas arme en su propio imaginario, nuestra historia colectiva” pues es necesario destacar que en este espectáculo se incluyeron dos pantallas en donde se proyectaba la grabación en tiempo real del performance y en la otra, imágenes alusivas a la Revolución Mexicana sacadas en su mayoría de youtube, y complementadas con la música de Silvestre Revueltas, los textos de Los de Abajo de Mariano Azuela.
Revolución 2010, es un performance en donde la Muerte sin palabras cuenta muertos e historias, convirtiéndose en la gran titiritera que movió los hilos de la Revolución, espectáculo de 40 minutos, que fue disfrutado por los asiduos a las Noches de Café.
