Mientras tanto, una bomba colocada en una motocicleta explotó en la ciudad de Kandahar, en el sur, dejando un soldado de inteligencia afgano muerto y tres heridos -uno de ellos civil- y un ataque al costado de la ruta mató a ocho civiles en la provincia vecina de Helmand, informaron funcionarios.
Panetta dijo a las tropas que los tiroteos del fin de semana, definidos por las autoridades estadounidenses y afganas como el acto de un solo soldado desleal, no afectarían las relaciones con Kabul.
«Por más trágicos que hayan sido estos actos de violencia, no definen la relación entre la coalición, las fuerzas afganas y el pueblo afgano», sostuvo ante los soldados del Campo Leatherneck, la principal base de los marines en la inestable provincia del sur.
«Nos van a poner a prueba, nos van a desafiar. Nuestro enemigo nos va a desafiar, nosotros mismos nos vamos a desafiar, el infierno de la guerra nos va a desafiar», declaró.
La visita de Panetta estaba prevista antes del tiroteo del domingo, pero cobra un nuevo significado en momentos en que aumenta la presión sobre las autoridades afganas y estadounidenses por la impopular guerra, que ya entra en su undécimo año.
Las fuerzas estadounidenses seguramente serán el blanco de cualquier represalia por la matanza de los pobladores, que incluyó a nueve niños y tres mujeres, a manos de un soldado estadounidense. Los talibanes afganos amenazaron con vengar el ataque decapitando a personal del país norteamericano.
Pero Panetta, el más destacado funcionario estadounidense en visitar Afganistán desde los tiroteos, afirmó que la masacre no alterará la retirada y la estrategia de su nación.
Los afganos que investigan el incidente accedieron a un video del soldado, cuyo puesto era sargento de personal del Ejército estadounidense, tomado por una cámara de seguridad montada en un dirigible sobre la base, dijo a Reuters un funcionario afgano que no pudo ser identificado.
Las imágenes mostraron al soldado uniformado con un arma cubierta por una tela, acercándose a las puertas de la base de las fuerzas especiales Belandai y alzando las manos en señal de rendición, agregó la fuente.
El video fue ofrecido a los investigadores para ayudar a despejar la sospecha de muchos afganos, incluyendo de varios miembros del Parlamento, de que más de un soldado participó en el ataque dado el elevado número de víctimas, explicó.
PIDEN JUICIO EN AFGANISTAN
Panetta tenía previsto entrevistarse con líderes afganos, entre ellos el presidente Hamid Karzai, además de funcionarios de la provincia de Helmand, en el sur del país.
En los dos pueblos del distrito de Panjwai donde ocurrió la masacre del fin de semana, las tropas de Estados Unidos seguían confinadas en el complejo donde estaba basado el soldado, mientras la población del área demandaba un juicio en Afganistán bajo la ley afgana.
«Tienen que ser procesados aquí. Han cometido dos crímenes contra mi familia. En primer lugar, los mataron, y, en segundo, los quemaron», dijo Wazir Mohammad, de 40 años, que perdió a 11 miembros de su familia en el incidente.
Si bien algunos miembros del Parlamento pidieron conducir un juicio bajo la ley afgana, aparentemente el despacho de Karzai consideró aceptable llevar a cabo el proceso en una corte estadounidense siempre y cuando sea transparente y abierto a los medios.
Con información de Reuters