Colima.- La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en Colima, señaló que el estero El Chupadero en el municipio de Tecomán enfrenta un riesgo por parte de los ejidatarios ante el supuesto de que soliciten el cambio de uso de suelo, sin embargo en la misma Laguna, la depedencia federal, no vio el mismo riesgo y permitió y autorizó la construcción de la Terminal de Gas Natural Licuado (TGNL) mejor conocida como Regasificadora.
El delegado en Colima, Raúl Arredondo Nava, informó que pese a que en esa zona no hay desarrollo urbano, los planes de los ejidatarios podrían afectar el vaso lagunar, pero si se hace un comparativo del daño que puede realizar una obra multimillonaria como la TGNL en la misma Laguna de Cuyutlán, parece contradictoria su visión sobre la afectación ecológica.
AFmedios publicó el pasado 18 de julio en su revista mensual Reporte AF, los ‘daños colaterales’ de esta multimillonaria obra.
Sin embargo ahora parece ser que la visión del delegado federal sobre de las afectaciones al estero Chupadero son distintas, pues en el vaso II de la Laguna de Cuyutlán se autorizó el cambio del uso de suelo y eliminar el estatus de área protegida para que el proyecto Regasificadora pudiera fructificar.
Explicó que aunque en esa zona de Tecomán no hay un desarrollo urbano, sí lo hay del sector agrícola que presiona el vaso lagunar.
Detalló que por parte de los ejidatarios hay la intención de hacer los cambios de uso de suelo y rellenar el vaso lagunar, para lo cual entre la SEMARNAT y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) implementaron un programa emergente para que esta zona se declare sitio Ramsar, que contempla que en este sitio no se puede tener ningún crecimiento que afecte el ecosistema.
De la misma manera la dependencia federal autorizó el cambio de uso de suelo en la zona conocida como San Pedrito en Manzanillo, donde se afectaron más de 30 hectáreas de manglar, pero ahi tampoco calificaron de riesgo ecológico por el crecimiento de la infraestructura portuaria.
No obstante, dijo que para proteger este tipo de ecosistemas es necesario que el municipio emita el ordenamiento ecológico, para que se contemple hacia dónde va el crecimiento industrial, habitacional, de servicios y agrícola.
De acuerdo con la SEMARNAT, el estero El Chupadero-El Caimán-Boca de Apiza, cuenta con mil 516.74 hectáreas de manglar.
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