Sexenio fallido

Sexenio fallido
Por: Carlos Aguirre

Poco menos de un mes falta para que termine el peor sexenio de que yo tenga memoria.

Mi memoria en esta materia inicia desde que Luis Echeverría Álvarez era presidente, aquel sexenio procomunista, en el que México pretendió encabezar a los países tercermundistas. Fue presidente de 1970 a 1976, llegó al poder poco después de que terminara el mundial de futbol México 70, celebrado en nuestro país.

Yo estaba en primaria y poco antes de salir de esta, entró José López Portillo, quien gobernó de 1976 a 1982. Parte de mi secundaria y prepa, en la Corona Morfín y en la recién inaugurada Prepa 13, luego me cambié a la 16, ambas de la Universidad de Colima. En esa época, la moda eran las ideas socialistas y procomunistas, el antiimperialismo, al menos el americano. Iniciaba la modernización de la educación y la UdeC estrenaba carreras que antes ni siquiera imaginábamos que pudieran existir: Economía y Ciencias Políticas, Arquitectura y Medicina, que se sumaron a las ya prestigiosas de Derecho, Ingeniería Civil y Contabilidad, entre otras.

En Manzanillo, el puerto ya había iniciado su desarrollo en lo que conocimos como Puerto Interior de San Pedrito, la Termoeléctrica ya estaba funcionando y Peña Colorada era ya un referente en la metalurgia mundial.

Tecomán, presumía ser la capital mundial del limón y el valle, la chequera del estado, la chequera verde, le decían.

Industria, comercio, agricultura, educación y servicios ya eran producto de la infraestructura que se vio consolidada con la implementación por Don Miguel de la Madrid Hurtado, del Plan Colima, a mitad de su sexenio, que terminó en 1988. La comunicación rápida a Guadalajara y Manzanillo, dejó de ser un sueño con la autopista a 4 carriles.

Carlos Salinas, cuando firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, fue pionero, de estos mecanismos de cooperación y negocios a nivel mundial; él tejió simultáneamente los complementos que logística y legalmente se requerían dejando poco a la improvisación y reclamando el lugar en el mundo, que México merecía. En Colima, el puerto de Manzanillo inició su espectacular crecimiento, precisamente gracias al TLC.

Pasamos de ser en los 70´s de un país tercermundista a uno de los Top 10 en el concierto mundial. Referentes en muchas asignaturas, desde legales, hasta industriales y comerciales, pasando por el liderazgo internacional en materia de relaciones internacionales y forjadores de políticas que siempre fueron ejemplo mundial, por mencionar solo algunas.

Hablar de México en las reuniones de líderes mundiales se hacía de pie y con respeto, ahora, somos el hazmerreír de casi todos, tenemos políticas titubeantes, que no se comprometen y solo buscan el lucimiento personal. Y poco a poco el lugar de México en el concierto mundial de casi todas las asignaturas va en descenso, menos el de corrupción que seguramente va en aumento.

El gobierno federal solo ha administrado las carencias, el infortunio y la desgracia. Y lo ha hecho siempre con otros datos, es decir: mintiendo.

Muertos y desaparecidos todos los días, los hospitales llenos de enfermos que no es posible atender, la infraestructura con una creciente insuficiencia y con un pueblo que solo sabe estirar la mano para recibir dádivas. Se va un gobierno con insaciables ansías de poder absoluto y tirano, se va un gobierno y termina igual que como inicio: MINTIENDO.

Poco menos de un mes y habremos dejado atrás el peor gobierno federal que hayamos tenido. Uno, en el que no se hizo ni una sola obra de infraestructura en Colima y las existentes, solo se parcharon para que medio dejaran de acabarse por obsoletas.

Siguen seis años en los que estaremos esperado mejoría, misma que no debe ser difícil cuando se parte de nada. Y es que cuando no se hizo nada, lo poco trasciende y eso al menos, será maravilloso.

Bendito sea Dios que ya se acaba.