Según una encuesta realizada en 2006 por la marca de condones Durex, quienes están de vacaciones tienen mayores probabilidades de tener sexo en un cuarto de hotel, por supuesto, pero también en la alberca, la playa, en un auto o en el mismo balcón de la habitación. Viajar para tener sexo en cualquiera de las modalidades que se prefiera, llevando los cocos a Colima o encontrándose al agua de coco por tierras desconocidas, será siempre placentero.
Según la guía «Sex and Tourism: Journeys of Romance, Love and Lust», de Thomas G. Bauer y Bob McKercher siempre existe una relación entre el turismo y la sexualidad (obviamente estamos aquí omitiendo cualquier alusión al turismo sexual, en el que más bien tiene que ver la pedofilia).
Es en los viajes donde las parejas están libres de estrés, de preocupaciones, de los asuntos de casa o de familia (si viven juntos). La pareja está en un terreno neutral en el que todo, absolutamente todo, ha sido elegido para disfrutar. Y donde también todo puede pasar.
Y entonces se trata de placer tras placer. Por ello a las parejas que tienen muchos años de convivencia diaria, y su deseo ha disminuido, se les recomienda realizar viajes de placer en el sentido estricto de la palabra. En ese caso las vacaciones son siempre un excelente afrodisiaco.
No siempre ocurre la respuesta esperada, eso sí, pues a veces si se trata de una relación desgastada, los malentendidos y las peleas, se acentúan durante vacaciones, con tanto tiempo de convivencia.
Y tanto ella como él pueden regresar a casa con la determinada decisión de abandonar el contrato matrimonial o el de unión libre. Pero si las cosas van bien, entonces… ¡a disfrutar! Para ello, intenten no buscar viajes o vacaciones con demasiadas actividades diarias como para llegar a la cama y pensar en hacer de todo en ella (como, por ejemplo, dormir), menos en tener sexo salvaje con la pareja.
Si se viaja con niños, entonces hay que planificar los momentos a solas también o, de vez en cuando, planear un viaje sin los pequeños. Igualmente si se viaja con amigos, a veces la pareja se convierte en «grupo» y detalles tan pequeños como importantes, como tener habitaciones contiguas y no poder hacer demasiado ruido en la noche, por ejemplo, puede hacer que las vacaciones sexuales se estropeen.