El movimiento telúrico, de magnitud 7.2, estremeció la región el miércoles, causando la muerte de al menos 48 personas, mientras que decenas más se reportan como desaparecidas.
«Iniciamos labores de rescate desde muy temprano. El objetivo es que esperamos encontrar a las personas soterradas», dijo Julio César Fuentes, de los bomberos municipales departamentales.
Mientras tanto, numerosos guatemaltecos salieron en las calles en medio del frío matinal para encontrar todos los comercios cerrados y la ciudad paralizada.
El devastador terremoto derribó gruesas paredes de adobe, provocó deslizamientos de tierra que obstruyeron carreteras, y provocó una estampida de pobladores despavoridos a las calles de este idílico pueblo de la cordillera situado cerca de la frontera con México
Con información de Milenio