Colima.- La Ruta de la Empanada, que se realizará del 26 de septiembre al 4 de octubre, no aglomerará personas en el Jardín Independencia sino que se realizarán las ventas utilizando la tecnología, así lo dio a conocer el alcalde de Villa de Álvarez, Felipe Cruz Calvario.

“Este año no vamos a permitir las ventas en el jardín Independencia, en años anteriores teníamos miles de solicitudes de gente que quería ponerse para vender sus empanadas, pero este año no se podrá, no se trata de parar a nadie, se trata de que no nos paremos todos en el mismo punto en el mismo lugar y a la misma hora”.

Cruz Calvario explicó que en la Ruta de la Empanada participarán 12 panaderías de Villa de Álvarez, quienes podrán ofertar sus servicios a través de un código QR o por el sitio web padrinomisempanadas.com.

“Ahí es donde aparecerá la ubicación de la panadería, dónde se encuentra, para ir a comprar a la pandenería o hacer el pedido para que se las lleven a sus casas”.

Estas son los panaderias participantes: 

Además del restaurante Los Jijos del Maíz.

Tradición

Es tradicional en el estado de Colima y principalmente en el municipio de Villa de Álvarez, festejar a San Francisco de Asís durante el novenario que culmina el 4 de octubre, con una vistosa fiesta, que incluye “misa de gallo”, cohetes y una verbena popular en el jardín principal, costumbre que se originó en el siglo XVI y que se conserva hasta nuestros días.

La costumbre de las empanadas en Villa de Álvarez corresponde a la práctica de San Francisco de Asís que en su natal Italia regalaba pan a los pobres. Esa práctica fue traída a la Villa de San Sebastián por los franciscanos a mediados del siglo XVI, quienes siguiendo la enseñanza de su maestro, en el convento San Francisco, en el pueblo llamado San Francisco de Almoloyan, elaboraban un sencillo pan para comer, regalar a la gente pobre y si se podía, vender algunos.

Los franciscanos protegían a los indígenas de los excesos de los conquistadores, los evangelizaban y, a la vez, les enseñaban oficios, como el de la panadería. De ahí nace la tradición villalvarense de las empanadas del día de San Francisco.

En 1818, un terremoto destruyó el templo y el monasterio, por lo que el sacerdote responsable decidió trasladar el pueblo hacia el barrio de los Martínez (hoy Villa de Álvarez) ubicado al poniente, donde un señor de apellido Centeno le regaló un terreno para que construyera el templo. Cuando los habitantes de la Villa de Almoloyan cambiaron su lugar de residencia se llevaron con ellos la tradición de elaborar el pan.

En 1824, José María Gerónimo Arzac, como diputado por Colima, gestionó que el pueblo de los Martínez se llamara Villa de Almoloyan y a la Villa de Colima se le dio el título de “Ciudad de Colima”. Según el ingeniero Rafael Tortajada, cronista del estado, el gobernador Urbano Gómez, en 1857, le cambió el nombre a la Villa de Almoloyan por Villa de Álvarez en honor al primer gobernador, Manuel Álvarez. Ya estando arraigada la tradición de regalar y vender panes apareció la elaboración de empanadas, como una forma de hacer más atractivo el pan.  (Con información de https://padrinomisempanadas.com)

¡Padrino, mis empanadas!, frase de historia, sabor y tradición de ‘La Villa’

Derechos Reservados AF