El socialista Pedro Sánchez asumió el viernes como jefe del Gobierno español, luego de que el conservador Mariano Rajoy no logró superar una moción de censura en el Congreso provocada por un prolongado juicio por corrupción que involucró a varios miembros de su partido.
Sánchez, líder del socialista PSOE, se convirtió así en el séptimo jefe de Gobierno de España desde su regreso a la democracia a fines de la década de 1970, tras ganar la moción con 180 votos a favor, 169 en contra y una abstención.
El líder socialista sugirió el jueves que tratará de gobernar hasta que finalice el mandato a mediados de 2020. Pero no está claro cuánto podrá durar en el poder, ya que solo cuenta con 84 diputados en una cámara de 350 miembros.
Sin embargo, considerando que la mayoría de los partidos españoles y el propio Sánchez son proeuropeos, los inversores ven un riesgo menor que en Italia, donde la incertidumbre política ha remecido los mercados en los últimos días.
Los partidos antisistema de Italia revivieron planes para formar una coalición gobernante el jueves, poniendo fin a tres meses de confusión al anunciar un Ejecutivo que promete aumentar el gasto público, desafiar las reglas fiscales de la Unión Europea e imponer mano dura en materia de inmigración.
“Hemos tenido un rudo despertar por los riesgos políticos europeos esta semana… pero la situación en España es muy diferente de la de Italia”, dijo Michael Metcalfe, jefe de macroestrategia global de State Street Global Markets.
Muchos analistas aseguran que es poco probable que Sánchez, que ya se comprometió a respetar el presupuesto aprobado por Rajoy, llame a elecciones anticipadas.
También es improbable que el izquierdista partido Podemos, que apoyará al gobierno de Sánchez en el fragmentado Congreso, tenga gran influencia sobre el nuevo presidente de Gobierno, que está interesado en diferenciar al PSOE de su aliado antiausteridad y recuperar a los votantes centristas.
Antes de la aprobación de la moción de censura, Rajoy había reconocido la derrota diciendo a los diputados: “El señor Sánchez será el jefe del Gobierno y permítanme ser el primero en felicitarlo”.
La presión sobre Rajoy se había vuelto cada vez más insostenible por su condición de líder de un Gobierno de minoría manchado por los escándalos de corrupción y por el rol que jugó para frenar los intentos independentistas en Cataluña.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyos cinco escaños fueron clave para que Sánchez lograra el suficiente apoyo en el Congreso, retiró el respaldo a Rajoy después de que docenas de personas vinculadas al centroderechista Partido Popular (PP) fueron condenados a varios años de cárcel en un juicio de corrupción.