Por Balvanero Balderrama García balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
¿Tienes un teléfono celular? Se podría pensar qué tipo de pregunta es esa. Sin embargo, es pertinente, tiene su razón de ser en múltiples contextos.
Recién se acaban de dar a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares del 2023; para mayor facilidad me referiré a esta encuesta por sus siglas ENDUTIH.
Tiene datos muy interesantes para el análisis.
Regresando a la pregunta del teléfono, la respuesta depende de los contextos: en que entidad la formules, en el ámbito urbano o rural, el grupo etario, el sexo.
Por ejemplo, en el país reporta la encuesta 97.2 millones de personas usuarias de teléfono celular. Sin embargo, la distribución en el territorio nacional es desigual. En Chiapas 6.3 de cada 10 personas responderían que sí tienen y usan, la menor entidad con este registro; en el otro extremo, casi 9 de cada 10 personas lo tienen y usan en Baja California. Estos extremos no sólo son cardinales, son como una representación epistémica del Norte-Sur global, brecha de acceso 25.6 puntos porcentuales.
Otro dato interesante es que por primera vez, hay una inversión en los datos por sexo: la ENDUTIH 2023 registró que el 81.8 % de las personas usuarias eran mujeres y el 80.9 por ciento hombres.
Siguiendo con este instrumento de uso -aparentemente -cotidiano, la media nacional es de 81.8%- el 95.9 % de los equipos son de los llamados “inteligentes”, smartphone. Esta, que es una extensión de la mano, permite el uso en un solo equipo, lo que hace unos años requería una multiplicidad de ellos: reloj, calculadora, TV, radio tradicional, entre otros. Y es, además, portátil.
En cuanto a su uso, este es el orden de utilidad: mensajería instantánea (91.2%), acceder a redes sociales (78.3%), acceder a contenidos de audio y video (77.7), tránsito y navegación asistida (50.7%), adquirir bienes o servicios (33.9%), jugar (33.3%), acceder a banca móvil (31.9%), editar fotos o videos (29.3%).
La pregunta es ¿qué no se hace con un teléfono? Bueno, lo cierto es que requiere acceso un plan, o saldo, acceso a internet. Con lo anterior, tienes acceso al mundo virtual, lo positivo y también lo negativo, incluso lo peligroso.
Aquí algunas preguntas: ¿a qué mundo accedemos? ¿qué tipo de información consultamos? ¿estamos preparadas/preparados para la avalancha de información que está ahí, disponible, al acceso de un clic? ¿qué pasa con nuestras infancias y juventudes con estas posibilidades? ¿qué pasa con las personas adultas mayores en este contexto? ¿las personas adultas, por serlo, tenemos las habilidades para atender navegar de manera segura?
Lo escrito es sólo algunas reflexiones y datos sobre el teléfono celular.
Hay que ir más allá de dato de que estamos en el top ten de los países con mayores personas con acceso a internet. Vale plantearse, seriamente, el que la denominada Alfabetización Mediática Informacional (AMI) esté presente en los planes educativos; no basta tener un celular, acceso a internet, computadora, es necesario, como dice la UNESCO: “capacitar a las personas para utilizar la información de forma crítica, navegar por el entorno en línea de forma segura y responsable”.
Los datos están ahí, los dieron a conocer el INEGI y el IFT, están disponibles para su consulta, para su análisis, para que alimente políticas públicas.