SOCIALIZANDO DATOS / Frente a grupo
Por: Balvanero Balderrama García
Una de las profesiones más reconocidas, tradicionalmente, ha sido la de docente. Recibe diferentes nombres: profesora / profesor, maestra/maestro, mentor, catedrático, educador / educadora.
Quienes hemos pasado por las aulas, recordamos a quienes nos impartieron las clases, en los diferentes grados, por diversas circunstancias: su severidad, atención, compromiso, disciplina…. marcaron nuestras vidas de muchas formas y, de alguna manera, le dieron rumbo y sentido.
Habrá quien, en su época de estudiante, le tomará el gusto a la lectura, o los números, o a la investigación. Por otro lado, no faltarán quienes se difumen en las brumas del olvido.
Nadie puede cuestionar la importancia que reviste las y los docentes. La educación formal es tenida en alta estima porque dota a las personas de los elementos necesarios para desempeñarse en determinada época y sociedad. La Ley General de Educación indica los siguientes niveles: educación básica (preescolar, primaria y secundaria), la educación media superior (bachillerato y educación técnica) y el nivel superior (técnico superior, licenciatura y posgrado).
Es tan importante este tema, que en los últimos años nuestro país se ha visto –y sigue en ese tenor- convulsionado por las llamadas reformas educativas: una promovida en el sexenio anterior y otra recientemente aprobada por el legislativo federal, faltando por conseguir el 50 más 1 de los congresos locales para hacer la modificación constitucional.
En lo que respecta a quien entra al aula, que se para frente a grupo, que atiende sus necesidades y se preocupa por que la clase les sea significativa, que se logren los objetivos de aprendizaje, se apropien de las competencias… son personas con vocación, con un genuino y desinteresado deseo de enseñar.
En tiempos pasados, había tres claros ejemplos de lo que significaba esa palabra: la docencia, la medicina y el sacerdocio. Ahora son otros tiempos.
Algunos datos que nos ofrece la ENOE para el cuarto trimestre del 2018. Para esa fecha, se reportaron 1 millón 915 mil 854 trabajadores de la educación a nivel nacional; el 38.9% varones y el 61.1 por ciento mujeres; es una profesión altamente feminizada.
En absolutos y proporcionalmente, el estado de Colima es el último lugar en cuanto a trabajadores de la educación: 15,267 y 0.8 por ciento, respectivamente. Un dato más, de la misma fuente, lo es la brecha de género que existe, en favor de las mujeres; a nivel nacional es de 22.2; quien tiene la brecha más amplia es Querétaro con 42.3 y, en el extremo contrario, Chiapas -4.9 en favor de los varones.
En Colima las mujeres representan el 58.5% y los varones el 41.5, con una brecha del 16.9 por ciento.
Hay docentes que se han preparado profesionalmente para ello y que la dignifican. También, hay personas que no han tenido expresamente esa formación pero que dan ejemplo en cada clase y en cada aula. Felicidades a las y los docentes que entregan su tiempo para la formación de una mejor sociedad.
balvanero@gmail.com