Por Balvanero Balderrama García

A Yayis, por lo vivido

Día a día hay noticias sobre altercados de tránsito, algunos con lamentables pérdidas de vidas.

Recientemente, en la carretera a Tecomán, un ciclista fue arrollado y resultó muerto. En la carretera México-Cuernavaca se informó del trágico accidente en motos, con velocidades que superaban los 200 kms/hora, según algunos reportes.

No se diga en las zonas urbanas, accidentes de automóviles, bicicletas, motos, etcétera. Mucho tiene que ver con la manera en que nos desplazamos en la ciudad y mucho con la aplicación de la normatividad vigente de movilidad.

Me explico con dos experiencias. La primera tiene que ver con la no aplicación del reglamento por parte de la autoridad. Es común que en diversos cruces de semáforos varios vehículos se pasen la luz roja. En la Cd. de Villa de Álvarez, en el cruce del Tercer Anillo con la Av. Akoliman, estaba esperando el verde, junto a una patrulla de vialidad, se puso la luz de siga y se pasaron varios vehículos, volteo hacia la patrulla y le señalo, nada de nada.

Otra experiencia, que tiene que ver con las actitudes propias al conducir. En el cruce de Av. Camino Real y Felipe Sevilla, estoy esperando el siga para incorporarme hacia el rumbo de la Estancia, al ponerse el verde, varios vehículos se pasan, me arranco, con moderación, y el conductor del último auto que se pasó el rojo voltea retador, como si la falta fuese de un servidor por no mover el vehículo antes de que terminara de pasar. Así las cosas.

Revisando los datos del INEGI, Accidentes de Tránsito en zonas urbanas y suburbanas, en el 2020 se registraron en el estado de Colima 9,681 accidentes; haciendo una división simple, 26.5 diarios. El que tiene el mayor porcentaje es la colisión con vehículo automotor, 63.5, y le sigue colisión con motocicleta con 20.1 por ciento.

No es una cuestión menor la manera en que nos conducimos en la ciudad: peatones y quienes están al frente de los diversos medios de transporte. Empoderados tras un volante, o unos manubrios, tomamos las diversas vialidades con sentido de propiedad, y, muchas de las veces, sin el respeto por quienes comparten el espacio común de tránsito.

Nadie estamos exentos de cometer algún error al conducirnos en la vía pública. Pero de ahí a transitar como si el espacio fuese mío, hecho a mi tiempo y mi medida, hay una gran diferencia. ¿Qué se pide? Aplicación de la ley a cada autoridad en su ámbito de responsabilidad, y a la ciudadanía, acatar la normatividad aunque la autoridad no esté presente, por convicción.

El libre tránsito es un derecho, ejerzámoslo con responsabilidad.

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#PorTodoslosDerechosparaTodaslasPersonas

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