Manifestantes enmascarados provocaron disturbios en el centro de Toronto, incendiaron el sábado autos patrulleros de la policía y quebraron vitrinas de varias tiendas en una muestra de oposición a una Cumbre del G20, mientras policías luchaban para contener la violencia.
El jefe de la policía de Toronto, Bill Blair, reconoció que la fuerza tuvo problemas para controlar las multitudes y debió usar gas lacrimógeno en una ocasión, luego de advertir a las personas que se mantuvieran lejos de lugares problemáticos.
«Nosotros nunca hemos visto ese nivel de criminalidad, vandalismo y destrucción sin sentido en nuestras calles», dijo en una conferencia de prensa en la tarde.
«Hay límites a la libertad de expresión, y estos límites realmente terminan cuando se infringen los derechos y la seguridad de otros», agregó.
Al menos 130 personas fueron arrestadas, incluidos algunos que Blair cree eran líderes de los disturbios que comenzaron cuando varios cientos de anarquistas se separaron de una enorme manifestación pacífica contra la reunión.
Autos de la policía fueron incendiados en al menos dos áreas de la ciudad, incluyendo el distrito financiero de Bay Street, mientras que manifestantes en el sector comercial de la calle Queen rompieron cristales de varias tiendas y causaron daños a vehículos de los medios.
Al caer la tarde, bajo una ligera lluvia, algunos manifestantes habían avanzado hasta la valla de metal que sellaba la zona donde los líderes de Estado del Grupo de los 20 países industrializados y economías en desarrollo se reunían. Un hotel del centro fue cerrado, con la policía antimotines afuera.
Bancos, cafeterías y pequeñas tiendas también fueron blanco y los manifestantes saquearon al menos a un minorista, huyendo con o ropa y piernas y brazos de maniquíes blancos.
El alcalde de Toronto, David Miller, condenó los actos de violencia pero dijo que fueron causados por un pequeño grupo de manifestantes.
«Un grupo relativamente pequeño de personas (…) vino claramente con la intención de causar daños a las propiedades y perpetrar violencia», dijo Miller en una conferencia de prensa. «Son delincuentes que vinieron a Toronto deliberadamente a violar las leyes».
Grupos de anarquistas, que encabezaron la violencia, específicamente habían mencionado los bancos como objetivos contra la cumbre del G20. La sucursal del Royal Bank of Canada en Ottawa fue atacada con bombas incendiarias el mes pasado por un grupo que advirtió lanzaría protestas durante la cumbre.
Inicio pacífico
Inicialmente comenzó en la tarde una marcha pacífica, organizada por grupos laborales que sostienen que las políticas económicas del G20 favorecen a los ricos.
Pero las tensiones escalaron después que los manifestantes llegaron hasta unos tres metros de la cerca de acero que rodea la sede del encuentro cumbre del G20.
Un periodista de Reuters vio a un puñado de manifestantes levantando revestimiento de concreto del camino de la marcha antes de los enfrentamientos con las autoridades. La policía usó sus escudos plásticos para empujar a los manifestantes de nuevo hacia la multitud.
«Debería darles vergüenza, así es como luce un estado policial», coreaban los manifestantes, mientras más de 100 policías los seguían de cerca.
La autoridad del tránsito de Toronto cerró una línea del metro que corre cerca del lugar de la manifestación.
Grupos opuestos al G20 han estado manifestando en Toronto toda la semana anterior a la cumbre, que sigue a una reunión más pequeña del Grupo de las Ocho naciones industrializadas en la ciudad turística de Huntsville.
Canadá ha invertido más de 1,000 millones de dólares canadienses (970 millones de dólares estadounidenses) para la seguridad de las dos cumbres.
La policía esta semana arrestó a un hombre y a una mujer a algunas cuadras del sitio de la cumbre y dijo que se les hallaron artefactos incendiarios.
Cerca de 2,000 manifestantes se enfrentaron a la policía el viernes en una protesta que la policía detuvo a pocas cuadras del consulado de Estados Unidos y de la barrera de seguridad del G20.