T-MEC Segunda parte, el que cambia la regla, paga

A PROPÓSITO 

Por: Fernando MORENO PEÑA

De acuerdo con el artículo 133 de nuestra Carta Magna, las leyes que emanen de la Constitución y de todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, como es el caso del T-MEC, tendrán primacía sobre las leyes ordinarias federales o locales. Esta precedencia se aplica, en particular, sobre la recientemente reformada ley de la Industria Eléctrica.

El capítulo octavo del T-MEC no establece reservas, tratos preferenciales, en el caso del sector eléctrico, sino solo en el sector de hidrocarburos como el petróleo. Ese muy breve capítulo establece que “México tiene el dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos en el subsuelo del territorio nacional”.

México es soberano, el petróleo es de los mexicanos y México es soberano para cambiar sus leyes y su Constitución, pero, si cambias tus leyes y tu Constitución, violas compromisos que habías adquirido en el acuerdo y debes compensar los daños ocasionados. NO quedamos exentos de responsabilidad.

El artículo 27 de la Convención de Viena sobre derecho internacional, señala: “Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado”.

El argumento de México se basa en el artículo 8.1.2 del T-MEC, en el cual Estados Unidos y Canadá reconocen que México se reserva su derecho soberano de reformar su Constitución y legislación interna en materia de hidrocarburos.

Si «en el ejercicio de su derecho soberano» un país «decide cambiar de rumbo» y restringe las libertades de comercio e inversión, «no puede escaparse de sus responsabilidades internacionales y por lo tanto seguramente enfrentará numerosas demandas por parte de otros países».

“El gobierno de México externa su voluntad para alcanzar una solución mutuamente satisfactoria durante la etapa de consultas”, dijo la Secretaría de Economía.

A partir del 20 de julio, los socios comerciales tienen un periodo de 75 días para solucionar el desacuerdo.

“En un plazo de 30 días tendríamos que sentarnos con Estados Unidos a conversar, el plazo previsto para las consultas es de 75 días, pero esto no quiere decir que no pueda extenderse más.”

La SE señaló que, si no alcanzan un acuerdo satisfactorio sobre la correcta aplicación e interpretación de estas disposiciones, Estados Unidos puede solicitar el establecimiento de un panel para que decida sobre este asunto.

Suponiendo, que no se llega a un acuerdo amistoso, se pondrá en marcha el llamado Mecanismo de Solución de Controversias y se conformará así un panel de expertos para dar solución a la disputa a más tardar a mediados del año 2023.

Si tal panel encuentra a México en falta, se tendrán otras seis semanas para satisfacer los cambios que demandan Estados Unidos y Canadá. De no hacerlo así, entonces nuestros socios comerciales podrán imponer, para reparar el daño, aranceles comerciales sobre cualesquiera de nuestras exportaciones a sus países.

De tenerse una resolución en contra de México en un panel, hay dos escenarios: uno, que el gobierno mexicano modifique su política, y dos, que no lo haga, pero habría daño a productos emblemáticos de exportación mexicanos.

El llamado a consultas de la Administración de Joe Biden a México para abordar medidas en el sector energético, unificó a demócratas y republicanos en el Capitolio, quienes abiertamente apoyan dicha acción.

En ambas Cámaras del Congreso afirmaron estar complacidos: «México incumple sus obligaciones del T-MEC al excluir del mercado a los proveedores estadounidenses de energía renovable y otorgar ventajas injustas a empresas estatales menos confiables, basadas en combustibles fósiles», dijo el demócrata Ron Wyden, presidente del Comité de Finanzas del Senado de EU.

«México acordó nivelar el campo de juego y permitir que las empresas de EU compitan. Pero el Gobierno de México ha estado violando este acuerdo.

El demócrata Vicente González dijo que «México, bajo el liderazgo del Presidente López-Obrador, está violando sus compromisos de acceso justo al mercado. Me complace ver que la Administración Biden actúa en este tema crítico y exige que México rinda cuentas por su enorme y flagrante desprecio por un acuerdo internacional histórico».

“Estos cambios de política afectan los intereses económicos de EU en múltiples sectores y desincentivan la inversión de los proveedores de energía limpia y de empresas que buscan comprar energía limpia y confiable. Hemos tratado de trabajar de manera constructiva con el gobierno mexicano, pero, lamentablemente, las empresas estadounidenses continúan enfrentando un trato injusto en México”.

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) expresó su preocupación por la solicitud de inicio de consultas por presuntas violaciones en el sector energético bajo el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que hizo Wa­shington, no es conveniente “entrar en controversias” con el principal socio del país.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) consideró la solicitud como una “señal alarmante” de la política energética que mantiene el gobierno de nuestro país.

Indicó que las “consultas no son politiquería”, sino un procedimiento formal. “México está obligado a cumplir sus compromisos internacionales, incluidos los relacionados con la preservación del medio ambiente y la transición a energías limpias”.

AMLO dijo: «Lo que me llama mucho la atención, no sé a ustedes, es que haya tanto traidor a la patria en nuestro país, que, en vez de defender a México, defienden los intereses de países y de empresas extranjeras”.

“Pero sobre todo en la academia, con los seudointelectuales, expertos, internacionalistas, cómo quisieran que nos castigaran los extranjeros, que nos fuera mal. Es increíble. Tenemos una relación de más respeto con los gobiernos extranjeros que con estos entreguistas».

Enfatizó que su administración no cederá en cambiar la estrategia, pues se trata de un tema de soberanía nacional.

El Presidente parece dispuesto a mostrar en las fiestas patrias de septiembre su viejo control sobre la calle y el involucramiento de las fuerzas armadas con su proyecto ideológico.

No se puede descartar que AMLO se envuelva en la bandera del nacionalismo y la defensa de la soberanía, ofreciendo mayor resistencia. De ser el caso, justificaría su audaz y riesgosa postura emulando a Lázaro Cárdenas y su nacionalización petrolera”.

Habría que recordar que en 1938, cuando la expropiación petrolera, el Presidente Cárdenas no se enfrentó al gobierno de Estados Unidos, sino a las empresas petroleras extranjeras que en su mayoría eran europeas y el gobierno norteamericano no vio mal la expropiación, porque sacaba del mercado mexicano del petróleo a las empresas europeas y de esa manera, Estados Unidos garantizaba más abasto de petróleo.

En este caso, el conflicto no es con las empresas norteamericanas o canadienses, sino con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, lo que hace muy diferente el tamaño del pleito y el impacto negativo en las sanciones, si se pierde la controversia.