Por Carlos Orozco Galeana
Está próxima la terminación de este año y nos asomamos a un período álgido de lucha política para el 2023. La atención estará puesta en lo que ocurre en el movimiento Morena de donde parece que saldría el siguiente presidente si la oposición no se organiza y hace lo necesario para presentar una alternativa confiable y con posibilidades de ganar, pero también no se quitará el ojo a lo que ocurra alrededor de la coalición opositora.
En el cúmulo de nombres que aparecen entre los morenistas, está el del zacatecano Ricardo Monreal, una “chucha cuerera” en el terreno de la política, quien cuenta con una trayectoria de unos cuarenta años (unos 25 de esos en el Pri ) en las que se ha destacado como partidario del diálogo y la no confrontación. Su formación jurídica le ha permitido darle calidad a su visión y a su quehacer y practicar algunos valores esenciales en política como la tolerancia y el respeto por quienes no piensan igual que él. Y eso no es poca cosa en un ambiente sórdido, muy complejo por naturaleza en donde los amigos son falsos y los enemigos son ciertos. Pero es una carga para él que su familia sea señalada como beneficiaria de sus años en el poder.
Ahora mismo, luego de enumerar periódicamente causales de divorcio con su último partido, Morena, Monreal prácticamente se ha bajado de este camión y se perfila como un competidor por la presidencia de la república. Es una incógnita por cuál formación política será abanderado o si logrará colarse, en base a unas elecciones primarias entre los partidos de la coalición opositora, a una eventual candidatura presidencial. Su seguridad de que tendrá al menos un partido que lo postule, hace pensar que pudiera ser el MC con cuyo dueño tiene Ricardo una relación antigua pues ambos tuvieron una historia en el tricolor aunque anteayer dijo éste que son “puras especulaciones”.
Los últimos días se ha revelado que RM encontraría las puertas abiertas de par en par en todos los partidos de la coalición y MC, que permitirán su participación para participar en unas elecciones primarias, reconociéndolo además como una “presencia muy fuerte”.
Ricardo no bromea por si pudieran pensarlo así sus críticos. Recién, en la Arena México, dijo que “el odio y la polarización son veneno para el país” por lo que luchará para “revertir este escenario de división social, porque estamos polarizados”.
“Hemos escuchado con mayor frecuencia un tono fuerte, agresivo y humillante. Estamos viendo cómo la descalificación y una lucha sorda para tener razón generan división social en nuestro país. Para dividirnos en grupos, que hacen referencia a nuestro tono de piel, a nuestro lugar de nacimiento, a nuestros estudios y hasta a nuestras aspiraciones en la vida.”
Dijo que las descalificaciones sólo nos hacen más pequeños. Este país, tan culturalmente diverso, se está reduciendo. Se ven enemigos donde antes había amigos. Se generan rechazos donde podría haber convivencia, y eso alcanza hasta en las familias. RM indicó que ese escenario se ve entre los partidos políticos, que no encuentran el diálogo sino sólo la descalificación.
Al ampliar su exposición, RM dijo que la reconciliación de la que él habla tiene que ver con la generación de empleo, pero hay mucho que hacer en materia en salud, en comercio, en manufactura, en el campo, donde hay mucho potencial. Habló también de la necesidad de una reforma fiscal para crear condiciones de igualdad social. Es decir, reconciliar la política para que vuelva a cauces de efectividad.