Rodolfo Ochoa Jiménez, oficial de Bioseguridad de la Secretaría de Salud de Colima, estableció que la variante Delta, si no se presenta otra más contagiosa, será la que predominará mientras se conozca el COVID-19, además de ser la que genera el doble de riesgo de ser hospitalizados o generar síntomas más graves, destacando que la vacunación y los autocuidados son fundamentales.
Estableció que las variantes son importantes por cuatro aspectos: las variantes pueden ser más contagiosas, pueden ser resistentes a los anticuerpos generados por las vacunas o la infección previa, pueden ser más difíciles de diagnosticas y podrían causar una enfermedad más grave.
Derivado de esto hay clasificaciones para su análisis y estudio, y para el COVID-19 hay cuatro categorías:
Variantes nuevas que simplemente se están monitoreando.
Variante de interés, donde se encuentran variantes que se siguen multiplicando, que no han generado muchos problemas pero ha persistido la multiplicación o el contagio de esa mutación. Entre esas se encuentran Eta, Iota, Kappa, Lambda y Mu
Variantes de preocupación que son las más importantes para los sistemas de salud, se sabe que se contagian y persisten en buena proporción, como es la Delta que está predominando en todo el mundo y que además causan algún problema en especial, como más contagio, enfermedades más graves, entre otros. Alpha, Beta, Gamma y Delta.
Variantes de gran consecuencia o de gran impacto, que al momento no han alguna en esta categoría.
Ochoa Jiménez señaló que lo más importante respecto a las variantes de interés, con relación a Lamnda y Mu, es que se sabe que tienen más resistencia a las vacunas, pero que no son tan contagiosas como otras y no parecen predominar.
Con las variante de preocupación, dijo que la que más preocupa es la Delta, que está predominando prácticamente en todo el mundo, eventualmente en los lugares donde se detecta llega a ocupar más de 90 por ciento de todas las infecciones nuevas, y a menos que surja una variante más contagiosa la variante delta va a ser el virus que se quedará el resto del tiempo que se conozca al COVID-19.
Otro punto a tomar en cuenta es que es un hecho que la variante Delta genera el doble de riesgo de ser hospitalizados respecto, causa síntomas más graves.
«Si teníamos razones para vacunarnos, la Delta es una razón más fuete para vacunarnos. También hay que vacunarnos para prevenir que se forme una nueva variante», señaló oficial de Bioseguridad.
Mencionó que las vacunas siguen funcionando y se deben aplicar para evitar que la enfermedad sea grave, que requiera hospitalización o cause la muerte.
La eficacia de las vacunas para contagio y para enfermedad se ha reducido un poco con las variantes, pero aseguró que no ha desaparecido su eficacia; con relación a enfermedad grave o muerte, las vacunas mantienen su eficacia por arriba del 85 por ciento.
«Las vacunas salvan vidas. Por decirlo de una forma sencilla, las personas no vacunadas tienen un curso normal de la enfermedad y tarda cierto tiempo en ceder la enfermedad, pero las vacunadas comienza igual la enfermedad pero termina más rápido, gracias a la inmunidad», refirió el médico.
Otro beneficio de las vacunas es evitar que se generen nuevas variantes, al cortar más rápido la enfermedad y prevenir el contagio, esto hace que los virus se multiplique menos y se generen menos variantes.
Resaltó que con la aplicación de la vacuna y el ABCDE (Aseo de Manos, Barreras como la mascarilla, Cuidado con las cosas contaminadas, Distancia y Espacios ventilados) todos pueden prevenir la generación de nuevas variantes.