Colima.- Del 68 se desconocen las cifras exactas de muertos y desaparecidos; sin embargo, cada año se recuerda el trágico suceso. Escritores, periodistas, cineastas e intelectuales han buscado que esa tragedia no se pierda como un recuerdo más de los mexicanos.
En este sentido, hace unos días, en la velada literaria “Noche de Encaladillas”, Víctor Gil Castañeda, catedrático de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, hizo una recopilación de algunas obras literarias y fílmicas que abordan el trágico suceso ocurrido el 2 de octubre de 1968, que hasta la fecha no se olvida.
Durante el mandato del presidente de México Gustavo Díaz Ordaz, recordó el académico, “ordenó a militares y policías que desalojaran por la fuerza a todas las personas que se habían concentrado en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco, en pleno centro de la ciudad capital. Otros dicen que la orden verdadera vino del secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez. Las cifras de la masacre siguen siendo un misterio”.
Aunque los entonces presidente y secretario de gobierno fallecieron, continuó Gil Castañeda, “las voces de las Bellas Artes no se quedaron en silencio. Bajaron a las calles para darle voz a las denuncias y hablar de los desaparecidos”.
Entre los textos literarios mencionados por Gil Castañeda está el clásico “La noche de Tlatelolco”, de la escritora Elena Poniatowska, y “Muertes de Aurora”, de Gerardo de la Torre. Entre las novelas que recuerdan los sucesos de ese entonces, se encuentran “Que la carne es hierba”, de Marco Antonio Campos; “La vida no vale nada”, de Agustín Ramos; “Palinuro de México”, de Fernando del Paso; “Tiempo transcurrido”, de Luis Villoro, y “El Apando”, de José Revueltas, entre otros.
En el terreno de la poesía, siguió el catedrático, no se puede dejar de mencionar a Marcela Río y el poema “Tlatelolco”, contenido en el libro “Tiempo en palabras”; las antologías: “Cincuenta y tres poemas del 68 mexicano”, recopilada por Miguel Aroche Parra; “Poemas sobre el movimiento estudiantil del 68”, de Marco Antonio Campos; “México. Olimpiada de 1968” e “Intermitencias de Occidente’, de Octavio Paz, así como los libros “Tlatelolco”, de Rosario Castellanos y “Manuscrito de Tlatelolco”, de José Emilio Pacheco”.
En las artes plásticas se encuentran “La gráfica del 68”, homenaje al Movimiento Nacional Estudiantil, y “La ideología del Concejo Nacional de Huelga”, compilación de canciones y carteles del Movimiento Estudiantil Popular 1968.
Entre los filmes destacan “El bulto”, “Rojo amanecer” y la más reciente “Tlatelolco, verano del 68”. En el género documental se encuentra “1968, la conexión americana”, emitido por el canal seis de julio y el Periódico “La Jornada”.
Finalmente, Gil Castañeda dijo a los asistentes que esta masacre no es la única que ha dejado huella en un país y que “exige respuestas de un gobierno que gusta de acallar voces”. Recordó, entonces “los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, del cardenal Posadas, las sepulturas de Tlatlaya, los desaparecidos de Ayotzinapa, el crimen de Silverio Cavazos Ceballos, las Contrarreformas de Peña Nieto, la Guerra del Narco y lo que se acumule”. BP