VILLA DE ÁLVAREZ.- En la Casa de la Cultura de Villa de Álvarez, el eco de pinceles en movimiento y risas compartidas da vida al taller de Pintura Rangeliana, dirigido por Nancy Corcino, una maestra que ha encontrado en el arte una forma de crecimiento personal y social para sus estudiantes. Corcino, quien cuenta con formación en Trabajo Social y una maestría en Psicología por la Universidad de Colima, ha creado un programa único que combina la técnica artística con un enfoque psicosocial.
“Este taller se centra en el desarrollo psicosocial”, explica Corcino. “No solo buscamos preservar el legado de Alejandro Rangel Hidalgo, sino también implementar estrategias y técnicas que ayuden a nuestros alumnos a fortalecer sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales”.
Desde sus inicios, el taller ha contado con la participación de personas de todas las edades, desde adultos mayores hasta estudiantes universitarios, quienes encuentran en este espacio un medio de autoexpresión y conexión con otros.
La técnica Rangeliana, inspirada en la obra del famoso pintor y diseñador colimense, exige una precisión y perfección que no solo desafía a los alumnos a nivel artístico, sino también a nivel personal.
Para facilitar este proceso, Corcino ha incorporado actividades previas a la práctica artística, como ejercicios de motricidad fina y gruesa, que preparan a los alumnos para superar frustraciones comunes en el proceso creativo.
“A veces, una línea no sale como quieren, o el color no se aplica de la forma esperada. Esto puede ser frustrante, pero con el acompañamiento adecuado, estas experiencias se transforman en oportunidades para trabajar la paciencia y la perseverancia”, comenta la maestra.
Este enfoque único de enseñanza, que integra el desarrollo técnico con el desarrollo personal, se ha convertido en una referencia dentro de la Casa de la Cultura. Los estudiantes, algunos con años de trayectoria en el taller, no dudan en expresar cómo su paso por este programa ha impactado sus vidas.
“Para mí ha sido un crecimiento enorme”, afirma Irma, una alumna veterana. “La maestra no solo nos enseña a pintar; también se ha vuelto parte de nuestra familia. Esperamos con ansias el día de clase, y cuando no podemos asistir, sentimos que nos falta algo”.
Además del beneficio artístico, Corcino destaca el valor de la interacción entre generaciones dentro del taller.
“Tenemos personas de todas las edades, y esto enriquece la dinámica. Por ejemplo, José, un alumno joven de la Universidad de Colima, convive aquí con personas mayores. Este ambiente fomenta la empatía y la comunicación entre ellos, como una familia que se apoya mutuamente”, menciona Corcino.
José, quien participa en el taller como parte de una acreditación cultural universitaria, también resalta el ambiente de apoyo y compañerismo que ha encontrado en el grupo.
“Es como estar en una familia que te apoya y te motiva. Me siento afortunado de poder convivir con personas que tienen tantas historias y que comparten generosamente sus conocimientos y experiencias”.
Corcino, quien además cuenta con formación en desarrollo humano, tanatología y terapia breve, ha ido moldeando este taller en respuesta a las necesidades que ha observado en sus alumnos. En sus primeros años, el curso se centraba exclusivamente en la técnica Rangeliana. Sin embargo, con el tiempo, Corcino comenzó a notar que sus estudiantes necesitaban algo más que una instrucción técnica; requerían un espacio que les permitiera conectar emocionalmente con el arte y consigo mismos. Fue así como el taller evolucionó hasta convertirse en un “paquete tecnológico y artístico de desarrollo personal”, como ella lo describe.
Este modelo, que combina el arte con la terapia psicosocial, ha generado resultados notables en sus participantes. Las obras que realizan en el taller no solo son un reflejo de sus habilidades artísticas, sino también de un proceso personal de crecimiento y autoaceptación. La precisión y atención que requiere la técnica Rangeliana ayuda a los alumnos a desarrollar habilidades de concentración y autocontrol que aplican en otras áreas de su vida.
El taller, lejos de ser un grupo cerrado, sigue integrando a nuevos participantes y fomentando un sentido de responsabilidad social entre sus miembros.
“Nuestros alumnos son muy respetuosos; saben que si no están dispuestos a comprometerse, es mejor ceder el lugar a alguien más que pueda aprovecharlo”, enfatiza Corcino. Este sentido de respeto y empatía refleja el espíritu colaborativo que caracteriza a este espacio artístico.
La relevancia del trabajo de Nancy Corcino reside en su enfoque holístico, que no solo preserva una técnica artística valiosa para Colima, sino que también crea un espacio de crecimiento integral para sus alumnos. Al final de cada sesión, los participantes no solo se llevan una obra en proceso, sino también la satisfacción de haber trabajado en su propio desarrollo.
Norma continúa describiendo cómo ha sido su experiencia en el taller, donde no solo ha aprendido técnicas artísticas, sino también estrategias de relajación y control de la ansiedad. Destaca la satisfacción y el reto que representa para ella esta actividad ocupacional tras su jubilación y cómo el taller le ayuda a canalizar sus emociones en esta nueva etapa de su vida.
La maestra Nancy explica la colaboración con la Dirección de Fomento Cultural y Educativo del Ayuntamiento de Villa de Álvarez, subrayando que los talleres no solo buscan promover habilidades artísticas, sino también un enfoque de desarrollo psicosocial. Los talleres, aunque requieren una aportación simbólica de 50 pesos por clase (200 pesos al mes), están diseñados para que los participantes valoren el espacio y las herramientas que se les proporcionan.
Además, Nancy aclara que las creaciones que los participantes realizan pueden ser vendidas si así lo desean, pero siempre respetando la obra del maestro Alejandro Rangel, en cuya técnica se inspiran. Este respeto se mantiene al firmar las obras con el nombre del creador y no bajo el nombre de Rangel. También menciona que el trabajo se centra en el proceso creativo y que, aunque hay un límite en el número de participantes por grupo, se ofrecen otras opciones para integrarse en diferentes horarios y espacios.
Nancy detalla los días y horarios en los que imparte los talleres: los lunes en Casa de la Cultura, los martes y miércoles en diversos jardines de la ciudad, y los jueves nuevamente en Casa de la Cultura. Los viernes se dedica a trabajar en colonias, promoviendo el arte en la comunidad. También menciona que el taller está enfocado principalmente en adultos, aunque hay excepciones para jóvenes que ya están en niveles avanzados de sus estudios.
Al hablar sobre el impacto del arte en los niños, Nancy explica que el taller fomenta un espacio familiar los sábados, donde los padres pueden participar junto a sus hijos en actividades de arte terapia adaptadas para ellos. Además, ella explica cómo el arte puede ayudar a los niños a manejar la frustración, una habilidad valiosa en la era de la inmediatez tecnológica.
Nancy expresa que su conexión con el arte y la pintura Rangeliana provino de una necesidad personal durante un proceso de gestación, lo que le permitió crear un lenguaje único con su hijo. Esta experiencia le reveló que el arte puede ser un puente de comunicación poderoso entre generaciones y entre diferentes relaciones familiares y sociales.
Finalmente, invita a quienes estén interesados a sumarse a estos talleres, subrayando la importancia de aprovechar el espacio y dejar una buena impresión al salir, abriendo así las puertas para otras personas.
“Los resultados que hemos tenido son generosos”, concluye Corcino, evitando términos como ‘éxito’, que prefiere sustituir por palabras que reflejen el verdadero impacto del taller en la vida de cada uno de sus estudiantes.
Esta innovadora propuesta, continúa ganando adeptos y consolidándose como un referente en la enseñanza del arte Rangeliano, al tiempo que transforma positivamente la vida de cada uno de sus participantes.
Para quienes estén interesados en conocer más sobre los talleres, pueden obtener información directamente en la Casa de la Cultura de Villa de Álvarez. Además, pueden contactar a la maestra Nancy Corcino al número 312-114-0980 para detalles específicos, como la estructura de aportaciones y otros horarios disponibles en distintos espacios culturales de Colima.
También se recomienda visitar las redes sociales de la Dirección de Fomento Cultural y Educativo de Villa de Álvarez, donde suelen publicarse actualizaciones sobre los talleres y eventos.
Lunes 09:00 a 11:00 horas Casa de la Cultura de Villa de Álvarez (edifico de talleres)
Lunes 16:30 a 18:30 horas Voluntarado Sección 6 Colima, centro.
Martes 16:30 a 18:30 horas Jardín principal de Villa de Álvarez, en caso de lluvia (afuera de la presidencia)
Miércoles 16:30 a 18:30 horas corredor cultura del Jardín Corregidora (a un lado de la biblioteca Miguel Ángel Cuervo)
Jueves 17:00 a 19:00 horas Casa de la cultura de Villa de Álvarez (edificio de talleres)
Sábado 09:00 a 13:00 horas Corredor cultura del jardín corregidora (a un lado de la biblioteca Miguel Ángel Cuervo)
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