El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció el martes una colorida ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca a su colega francés, Emmanuel Macron, con motivo de una visita de Estado que amenazó con dejar al descubierto las diferencias sobre Irán, el comercio y Siria de ambos aliados.
Un saludo de 21 salvas de cañón resonó en el Jardín Sur de la Casa Blanca y un regimiento con uniformes rojos y tricornios de época, con música de flautas y tambores, procesionó frente a Trump, Macron y sus esposas, Melania y Brigitte.
Los dos líderes tenían previsto almorzar después de una mañana de conversaciones que se espera incluyan cómo salvar el acuerdo nuclear con Irán de 2015, del que Trump quiere retirar a Estados Unidos a no ser que las potencias europeas endurezcan sus cláusulas.
En la noche, los Trump serán los anfitriones de los Macron en la primera cena de estado que celebra el mandatario estadounidense desde su llegada al poder.
Las peticiones europeas para que Trump introduzca exenciones a su plan de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero también están en la agenda, así como el deseo del presidente estadounidense de retirar sus fuerzas de Siria lo antes posible.
Macron, cuya visita será seguida el viernes por otra de la canciller alemana, Angela Merkel, considera el acuerdo iraní como la mejor opción disponible para contener las ambiciones nucleares de Teherán. Asimismo, pidió a Trump que mantenga sus tropas en Siria para garantizar la derrota de Estado Islámico.
En sus palabras de bienvenida, Trump dijo que durante el año pasado desarrolló con Macron “una maravillosa amistad” que es “un ejemplo de la amistad duradera que une a nuestras dos naciones”.
Por su parte, Macron pidió que los dos países trabajen juntos contra los militantes islamistas, Corea del Norte e Irán, en “el comercio libre y justo” y en el cambio climático. “Juntos contrarrestaremos la proliferación de las armas de destrucción masiva, sea en Corea del Norte o Irán”, señaló.