U de Colima recupera uso y disfrute de terrenos que se destinarían al puerto seco

Colima.- El rector de la Universidad de Colima, José Eduardo Hernández Nava, informó que luego de varias negociaciones con la empresa Asociación Mexicana de Agentes Internacionales de Carga (AMAINC), finalmente quedó resuelta la situación legal de las casi 120 hectáreas del campus Tecomán que se iban a destinar para instalar en ellas un puerto seco.

El 6 de octubre de 2009, y con aprobación del Consejo Universitario en la sesión del 8 de diciembre de 2008, se firmó un contrato constitutivo de usufructo gratuito, para que la empresa AMAINC desarrollara en dos polígonos del campus Tecomán el proyecto del puerto seco o recinto fiscalizado, y del cual la U de Colima obtendría beneficios de las operaciones o productos generados en ese lugar. Tal contrato especificaba una duración de 20 años.

Sin embargo, por múltiples factores el proyecto del puerto seco no se pudo concretar. Por eso, casi desde que el rector Hernández Nava asumió el cargo, le pidió a la empresa que definiera con claridad si iba a seguir o no con dicho proyecto, y en caso de ser negativa la decisión, las 120 hectáreas volvieran a ser utilizados por la Universidad.

Lo importante aquí, comentó, era rescindir el contrato de manera consensada, ya que estos convenios no pueden revocarse de manera unilateral.

Su idea, añadió, era lograr este tipo de acuerdo, porque si el tema se llevaba a los tribunales el asunto se tardaría más años y podría perjudicar a la institución.

“Llegamos entonces al mejor de los escenarios pues ambos, de común acuerdo, dimos por terminado el convenio de forma anticipada, con lo que se le devolvió a la Universidad el uso y disfrute de esos terrenos, ya que la propiedad nunca se perdió”.

Para este fin, dijo, en estos días se firmó ante notario público un convenio con los representantes de AMAINC, de Terminación anticipada del convenio de usufructo. Se inició además algo que en términos legales se llama trámite de cancelación de la anotación de dicho contrato de usufructo, lo que implicaba una limitación de dominio para nuestra Casa de Estudios, misma que fue registrada en su momento en el Registro Público de la Propiedad.

Esto último, lo de limitación de dominio, significaba que la Universidad no podía comprometer el predio a favor de nadie, para darle garantías al usufructuario de que la Universidad no lo iba a rentar o dar en comodato a otra u otras personas, pero implicaba también que la universidad no podía utilizar ni disponer de dicho predio, en tanto estuviere vigente el convenio celebrado con AMAINC.

“El que se haya rescindido el contrato le devuelve a la Universidad el derecho al uso y disfrute de esos terrenos. La comunidad universitaria, de ahora en adelante, va a decidir qué es lo que hace con esos bienes. Creo que si hubiéramos seguido esperando a que los inversionistas hicieran realidad el proyecto habrían pasado otros cinco o siete años, sin ver nosotros como institución ninguna utilidad”, comentó.

El patrimonio universitario, enfatizó, “nunca estuvo en riesgo; además, nuestra casa de estudios debe seguir apoyando todos aquellos proyectos que le puedan traer beneficio, pero debemos ser cuidadosos y considerar todos estos aspectos cuando vayamos a firmar convenios a futuro”.

Con este acuerdo, finalizó, la Universidad de Colima se ahorrará 13 años de espera para disponer de estos terrenos en beneficio de la comunidad universitaria. BP

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