Colima.- La ciudad de Colima despierta más tarde y se mueve a un ritmo distinto. Es el último fin de semana del año 2014 y la Navidad quedó atrás, dejando a su paso regalos y algunos kilos extras, pero los mexicanos aún debemos recorrer la mitad del maratón Guadalupe-Reyes.
Los niños y jóvenes estudiantes están de vacaciones, la amplia planta burocrática y docente del estado también disfruta de un periodo de receso de labores, incluso los diputados decidieron cerrar las puertas del Poder Legislativo y volver al trabajo pasando las festividades.
Aunque las tiendas y negocios soportaron las caóticas compras navideñas, ahora reciben con gusto a las personas que buscan todo lo necesario para dar la bienvenida al año 2015 la noche del próximo miércoles.
La celebración cayó a media semana, no en viernes o sábado, y esa es razón de sobra para que todos los días, incluso el aburrido martes, sean de fiesta.
Las tiendas de ropa ofrecen cumplir con las tradiciones y rituales: exhiben calzones rojos y amarillos de todas las tallas y modelos, para que el año entrante no falten ni el amor ni el dinero, o al menos para que si estos bienes se escasean, que no sea por no haber usado una prenda interior del color que la tradición indica.
Los negocios de comida y bebida también lucen repletos, pues la gente busca lo necesario para la cena de Año Nuevo: el pavo, la pierna, el lomo, la carne asada; el tequila para los muy mexicanos, el whisky, la sidra, el vino espumoso o el champagne, de acuerdo con las posibilidades del bolsillo.
Los gimnasios y los nutriólogos saben que a la vuelta de la esquina está un nuevo año para comenzar a cumplir los propósitos, por eso afilan sus campañas publicitarias. También llegará la cuesta de enero, y las casas de empeño esperan recibir muchos de los que fueron regalos de Navidad.
Para los mexicanos, y así pasa en Colima, vale más disfrutar la fiesta mientras dure… Y del futuro, de ese ya nos preocuparemos el año que viene.
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