Por Héctor Romero Fierro
Morena no puede, ni con sus satélites, realizar en el Congreso de la Unión las reformas constitucionales que requieren para llevar adelante la iniciativa de reforma “energética” que les ordenó Manuel Andrés López Obrador, por lo que requieren votos de algún partido político presto a entregar el futuro del país a cambio de migajas y, lamentablemente, a quien vemos dispuesta a ceder es precisamente a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Si en este momento se pretendiera votar dicha iniciativa, el RIP no podría apoyarla, ya que sus documentos básicos se lo impiden. Preocupante que la dirigencia nacional prepara, al más puro estilo de ese partido, su próxima Asamblea, la XXIII, misma que se celebra cada tres años desde 1940, que en lugar de fijar el rumbo del partido solo han servido recientemente para legitimar las intenciones del presidente en turno.
Los priistas se cuestionan, como me lo dijo esta tarde un reconocido militante de ese instituto político: “¡23 asambleas haciendo lo mismo! La XXIII no podrá ser el proceso transformador que esperan sus militantes, siendo convocada por los dirigentes de siempre, sin la participación de ciudadanos, sin nuevos liderazgos, nueva narrativa, sin acciones contundentes pensando fuera de la caja, sin un catálogo de acciones que muestren el antes y después”.
¿Cómo espera el PRI resultados diferentes cuando hace lo mismo que antes y cuando hay un terrible vacío en la dirigencia nacional? Su presidente juega más en su rol de diputado federal que como líder del que fuera el partido político más importante del país.
Además, Alito preside la comisión de Gobernación en la Cámara de Diputados, una de las más importantes en el Congreso y en la de vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación puso a un incondicional suyo a presidirla, acaparando con ello espacios que otros distinguidos legisladores pudieran ocupar. Además, las oficinas del CEN del PRI están siendo mal utilizadas porque el presidente es un pseudo coordinador que no da cabida a otras expresiones nacionales.
Existe gran preocupación de que Alito, en una acción sin precedentes, le dé la espalda al pueblo de México y vote a favor de la nefasta y perversa reforma energética, impulsada por el presidente, con base en una serie de mentiras, eso implicaría el fin de ese partido político que se convertiría en un satélite más de Morena. Espero que los verdaderos priistas eviten que Alito le ponga el último clavo al ataúd del PRI.
En Zapopan, lo que pudimos observar es que de los tres regidores de Morena, al menos uno de ellos se siente como en escuela Montessori, ya que Alejandro Puerto, con una soberbia sin precedente, vota sin consultar al líder de su bancada.
La diferencia es que Uribe es un político experimentado que ya fue alcalde de un municipio casi igual de importante que Zapopan y, en cambio, el muchacho es la primera ocasión que ocupa un puesto de estos, y su ego no lo deja votar a favor de lo que requerimos los zapopanos, solo por llevar la contra, como fue el caso de la coordinación de las policías de Zapopan y Guadalajara, hasta su coordinador votó a favor. Recordémosle que su único merito en Morena es estar cerca de Citlalli, que no lo va a cobijar toda la vida, y aprenda a trabajar en equipo.