EEUU.- Liberar a la mente de sentimientos negativos o de la mala sensación que deja una experiencia nefasta es una tarea difícil de lograr. Sin embargo, una simple limpieza ayuda a lograrlo. Darse una ducha o lavarse a fondo logra que una persona olvide sus problemas.
A dichas conclusiones llegó un estudio realizado por la Universidad de Michigan, Estados Unidos.
“Lavarse remueve la influencia residual de experiencias previas”, dijo Spike Lee, uno de los autores. Pero lo mismo ocurre en sentido inverso: si lo que pasó fue algo grato y digno de retener en la memoria, limpiarse el cuerpo hará que se diluya la satisfacción.
Los expertos publicaron sus conclusiones en la revista “Current Directions in Psychological Science”.
Limpieza del alma
Los autores trabajaron con una serie de experimentos relacionados. En uno de ellos, un grupo de voluntarios juzgó más duramente a personas presentadas en un lugar sucio que en un lugar limpio, aunque habían cometido el mismo error. En otra investigación, un grupo de participantes se sintió menos culpable de una mala jugada que ellos habían realizada tras lavar sus manos a fondo.
Además, Lee notó que las personas que se sienten limpias son más benévolas a la hora de juzgar el mal comportamiento de los demás. Este acto de lavarse también ayudó a lidiar con las dudas en torno a una decisión: un grupo de voluntarios se sintió muy seguro de una decisión tomada tras lavarse las manos, un acto que “limpió” las dudas que tenían. Los participantes que no se higienizaron siguieron preguntándose si habían optado por lo correcto.
Otro experimento también fue muy revelador. Los voluntarios dijeron una mentira muy maliciosa por mail o a través de una contestadora telefónica. A continuación se lavaron las manos o las bocas, es decir las “herramientas” usadas para cometer la acción injusta.
Y los voluntarios que dijeron su mentira por escrito se sintieron mejor tras limpiarse las manos mientras que los que hablaron con la contestadora lograron aliviarse tras refrescarse la boca.
Lee sostuvo que los ritos religiosos como el bautismo tienen un significado psicológico.
“Lavarse implica remover residuos. Permite que las personas se liberen de una sensación de inmoralidad, sentimientos desafortunados o dudas en torno a una decisión. La experiencia corporal de remover residuos físicos provee las bases para liberarse de residuos mentales más abstractos”, concluyó.
Con información de NeoMundo
