Colima.- Mucho antes de que la sesión del Congreso del estado de Colima iniciara, el recinto legislativo ya lucía diferente y lleno de colores.
Justo sobre los lugares que ocupa la mesa directiva pendía la bandera gay colocada al revés y junto a ella dos lonas que decían “No firmo un acta de matrimonio, firmo mis derechos conyugales” y “Enlaces conyugales sí, enlaces conyugales no… eso lo decido yo”.
Y es que la sesión de este 4 de julio era especial por varios motivos: la primera sería encabezada por el diputado panista Héctor Insúa como presidente de la mesa directiva; en la última se votaría la figura legal de las relaciones conyugales para dar certeza jurídica a las uniones entre personas del mismo sexo, lo que justificó la bandera.
Ambas acciones ocurrirían antes del descanso vacacional del personal administrativo del Congreso, y por ende, de la actividad legislativa.
La comunidad lésbico, gay, transexual, trasvesti, bisexual e intersexual (LGTTBI) del estado se fue haciendo presente poco a poco en el recinto: llegaron en grupos pequeños, tomaron los primeros asientos, cargaban cartulinas con mensajes como “Queremos derechos sociales” y algunos traían banderas multicolor al cuello.
Conforme pasaba el tiempo ya sumaban 20, 30, 40, 50… algunos trasvestis y transexuales lucían sus mejores atuendos: pelucas de cabello largo, blusas semi transparentes, escotes, tacones altos y maquillaje bien cuidado.
Mientras esto sucedía dos grupos más se comenzaban a definir.
A las afueras del Congreso estaban reunidos un aproximado de 50 limoneros, en su mayoría hombres de edad avanzada y las manos curtidas por el campo, que pedían hablar pacíficamente con los diputados. Su reclamo, el mismo de siempre: los recursos para sobreponerse a la plaga del “Dragón Amarillo”, los millones que se anuncian y no llegan.
—¿Dónde quedaron esos 100 millones?—se alcanzaba a escuchar entre el alboroto.
Al interior del recinto, un grupo más pequeño también tenía cartulinas con exigencias escritas: eran miembros del Sindicato Único de Trabajadores del Volante, 10 hombres liderados por su Secretario general, Samuel Gómez.
Ellos habían entregado ya a algunos diputados un oficio con sus peticiones y denuncias: sueldos justos, seguridad social, estaciones con baños, un horario para comer, uniformes y contratos colectivos de trabajo.
Y así, una hora y media después de la hora programada, inició la sesión en el Congreso que este jueves parece que fue el centro de todo…
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