Sudáfrica.- Estados Unidos tuvo que anular sus boletos de vuelta a casa para enfrentarse este miércoles a España en una semifinal de lo más desequilibrada.
Si no fuera porque Brasil -que juega mañana su semifinal contra Suráfrica- aparece en el horizonte de Johannesburgo, el periplo de España se asemejaría más a una gira para hacer caja, afición y vender camisetas, que a la disputa de la Copa Confederaciones en Sudáfrica. Pero es lo que toca.
Los hombres de Del Bosque asumen que no pueden distraerse ante un adversario extraño, capaz de subir y bajar de las nubes en cuestión de horas. La eliminación de Italia y el desplome de los egipcios, afectados quizá por sus juergas nocturnas junto a prostitutas, suponen dos toques de atención sobre la necesidad de estar en alerta máxima para evitar sorpresas.
Después de 15 victorias consecutivas y de 35 partidos sin perder, si algún día hay que caer, piensan los seleccionados españoles, que al menos sea ante los pentacampeones del mundo. Llegados a este punto, los campeones de Europa están concienciados de que todo lo que no sea competir en la final será un fracaso sin paliativos.
Los norteamericanos son los decimocuartos del mundo, han conseguido dos terceros puestos en sus tres participaciones en este torneo, ganaron la Copa de Oro de la Concacaf de 2007, tras vencer a México en una emocionantísima final, y están casi clasificados para el Mundial. Marchan por detrás de Costa Rica pero aventajan a la tricolor de Javier Aguirre.
No son la «gran selección» a la que se refieren los españoles, elegantes, pero sí se merecen cierta consideración. España se ha enfrentado a Estados Unidos en tres ocasiones, con otras tantas victorias: 3-1 en el Mundial de Brasil de 1950; 2-0 en 1992 y 1-0 en 2008.
España:Iker Casillas; Sergio Ramos, Puyol, Piqué, Capdevila; Xabi Alonso, Xavi, Cesc, Riera; Fernando Torres y Villa.
Estados Unidos: Guzan; Spector, Onyewu, Demerit, Bornstein; Dempsey, Bradley, Clark, Donovan; Davies y Altidore.
Estadio: Free State.