El Vaticano dijo el martes a los críticos por su manejo de los escándalos de abusos sexuales que ha desarrollado políticas modelo en protección a la infancia durante la última década y que sus acusadores no deberían quedarse «fosilizados en el pasado», ahora que la actitud de la Santa Sede es diferente.
En declaraciones ante la Comisión de Naciones Unidas sobre la Tortura, el embajador del Vaticano en Ginebra admitió que la Iglesia Católica Romana protegió en el pasado a sacerdotes que abusaron de menores, pero dijo que abandonó la práctica hace años debido a que comprendió mejor el asunto.
El arzobispo Silvano Tomasi respondía a preguntas de la comisión, que abordó el lunes las medidas tomadas por el Vaticano y pidió que se implemente un sistema de investigación permanente para poner fin a lo que denominó como un «clima de impunidad» dentro de la Iglesia.
Grupos en representación de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes dijeron tras la audiencia del lunes que los religiosos denunciados seguían siendo destinados a otras parroquias, en ocasiones a otros países, para protegerlos de posibles acusaciones ante una corte.
Refiriéndose a esa acusación, Tomasi dijo: «No debemos estar fosilizados en el pasado», agregando que en las décadas de 1960 y 1970 se creía que los atacantes podían recibir tratamiento sicológico en vez de ser tratados como delincuentes.
«Desafortunadamente, fue un error, como ha demostrado la experiencia. Debemos apreciar la evolución de la cultura y (…) la enorme cantidad de trabajo que se ha hecho en 10 años por una institución como la Iglesia Católica», agregó.
Barbara Blaine, fundadora y presidenta de Survivors Network of those Abused by Priests (SNAP) (Red de sobrevivientes de personas abusadas por sacerdotes), acusó a Tomasi de evitar el tema al decir que la Iglesia se apegó a la visión común de los expertos décadas atrás.
«Eso es ridículo. Todos sabían que violar niños era un crimen y que debía ser reportado a la policía», indicó.
El escándalo de abusos sexuales ha perseguido a la Iglesia Católica por más de dos décadas.
Otra comisión de la ONU, que revisa el cumplimiento de una convención sobre derechos de los niños, acusó en febrero al Vaticano de hacerse la vista gorda sistemáticamente a décadas de abusos y de intentar encubrir delitos sexuales cometidos por sacerdotes.
El Vaticano dijo que el reporte era injusto y prejuicioso.
Consultado sobre un embajador del Vaticano acusado de abusos sexuales en República Dominicana, Tomasi dijo que el arzobispo Jozef Wesolowski sería juzgado en el Vaticano pero que su caso se había demorado porque todavía no llegaban todos los documentos necesarios.
La comisión entregará el 23 de mayo un reporte final sobre el cumplimiento del Vaticano de la convención contra la tortura, un tratado que firmó en su condición de Estado soberano con estatus de observador de Naciones Unidas.