Venezuela amanecía el domingo por tercer día sin energía eléctrica, provocando angustia en habitantes por los efectos que tiene sobre la atención de salud, las comunicaciones y el transporte.
El gobierno ha dicho que el corte del servicio eléctrico, que comenzó el jueves a las 1700 hora local (2100 GMT), se debió a un “sabotaje” de la hidroeléctrica Guri, la más grande del país, en momentos en que hay una fuerte presión interna e internacional contra el presidente Nicolás Maduro.
Sin embargo, expertos han atribuido las fallas a la falta de inversiones y retrasos de mantención.
Si bien el suministro se reanudó el viernes en parte de la capital venezolana y varias zonas del país, se volvió a caer el mediodía del sábado.
La organización no gubernamental Médicos por la Salud denunció el sábado que la falta de suministro de energía y la carencia de plantas de respaldo han provocado la muerte de 17 personas en hospitales públicos de Caracas y otras localidades, pero no ofreció detalles.
El Ministerio de Comunicación no respondió a una solicitud de comentarios sobre los reportes.
“¿Qué se puede hacer sin luz”, dijo el domingo Leonel Gutiérrez, un técnico en sistemas de 47 años. “Con los alimentos que tenemos, tememos que se nos dañen”, agregó mientras cargaba a su hija de seis meses y caminaba en busca de un comercio donde comprar comida.
Venezuela, que tiene las mayores reservas del mundo, vive una recesión con hiperinflación, que provoca escasez de alimentos, medicinas y servicios.
El apagón ha sido el más prolongando en Venezuela en décadas. En 2013 hubo una falla que afectó a Caracas y 17 estados de los 23 del país, que duró seis horas y en 2018 hubo otra de 10 horas en ocho estados, según reportes oficiales de entonces.