El vino mexicano es elaborado con uvas producidas en varias regiones vinícolas, como Valle de Guadalupe, en Baja California, o Querétaro, donde su contenido total es fermentado y envasado para después destinarlo a los diferentes puntos de venta.

Consumido de manera moderada y responsable, el vino aporta grandes beneficios a la salud, ya que contiene resveratrol, un antioxidante que neutraliza la acción de los radicales libres y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovascularesConsumido de manera moderada y responsable, el vino aporta grandes beneficios a la salud, ya que contiene resveratrol, un antioxidante que neutraliza la acción de los radicales libres y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El vino es una bebida alcohólica que resulta de la fermentación de los mostos o zumos concentrados de la uva con o sin orujo. Existen diversos tipos de vino, que son resultado de la variedad de la pequeña fruta con que se elaboran, el contenido de azúcares del producto final o del tiempo de envejecimiento, entre otros sistemas de clasificación.

De ahí que el vino se encuentra en seco, semiseco, semidulce y dulce; joven, crianza, reserva o gran reserva; tranquilo, espumoso, gasificado, licoroso o generoso, al hacer referencia a algunas de sus características y propiedades.

Es un producto, que consumido de manera moderada y responsable, aporta grandes beneficios a la salud porque contiene resveratrol, un antioxidante que neutraliza la acción de los radicales libres y favorece la disminución de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El vino mexicano es elaborado con uvas producidas en varias regiones vinícolas, como Valle de Guadalupe, en Baja California, o Querétaro, donde su contenido total es fermentado y envasado para después destinarlo a los diferentes puntos de venta.

Nuestro país ofrece una gran diversidad enológica. Sólo en la última década ha experimentado un notable crecimiento en la producción de vino, lo que le permite competir con las mejores regiones vinícolas del mundo.

De hecho, es el productor más antiguo en Latinoamérica. Si bien los aztecas extraían el jugo de la uva cimarrón silvestre para beberlo, fue hasta la llegada de los españoles que se introdujeron a nuestro territorio las primeras cepas de vid y esto dio origen a la actividad vinícola.

México cuenta hoy con importantes regiones productoras de vino como Zacatecas que alcanzó producción cercano a 30 mil toneladas de uva industrial en 2023, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Baja California y Aguascalientes se colocaron en el segundo y el tercer lugar, con 24 mil 208 y siete mil 256 toneladas. En 2023 se cosecharon 77 mil toneladas de uva para uso industrial, que se empleó para la preparación de vinos, mostos y vinagres, a nivel nacional.

La vid se caracteriza por su forma esférica, carnosa y jugosa, agrupada en racimos, con cáscara delgada y resistente, en colores entre el verde limón y el rojo solferino, de pulpa aromática y sabor dulce. Es rica en vitaminas (A, C, E, B1, B2, B3 y B6) y en minerales (calcio, fósforo, sodio, potasio, hierro, cobre, magnesio, zinc, ácido fólico, glucosa y fructuosa).

El vino resulta una buena opción para acompañar nuestras comidas durante las fiestas decembrinas, donde la convivencia con familiares y amigos es común y es consumido como aperitivo, postre o bebida refrescante. También, la gastronomía lo utiliza para cocinar platillos diversos como carnes blancas, pescados y mariscos.

Se acostumbra maridar con pescados, mariscos y carnes blancas, pero también suele tomarse solo. Así que este fin de año acompaña tus comidas con un vino mexicano.